Para los padres amorosos es doblemente difícil cuidar de un niño enfermo, porque a las ansiedades objetivas y al deseo de ayudar se suman emociones fuertes, experiencias y el deseo de curar al bebé lo antes posible. La situación a menudo se complica por el hecho de que los niños son extremadamente negativos con respecto a los medicamentos. Hay varias formas de hacer que su hijo tome el medicamento.
Engaño para el bien
A menudo es imposible explicarle a un niño pequeño que esta píldora amarga o unas gotas desagradables le ayudarán a recuperarse. Un niño pequeño enfermo se concentra solo en la emoción negativa del momento presente, e incluso una mejora potencial no puede llevarlo a tomar el medicamento. Por eso no debes desperdiciar energía y buscar argumentos razonables. Esta situación es una de esas en las que vale la pena recurrir al engaño.
Las tabletas amargas deben triturarse hasta convertirlas en polvo y diluirse con jarabe de bayas dulces o mermelada. Si el sabor del medicamento es aceptable, pero por alguna razón al niño no le gusta, intente diluir imperceptiblemente el medicamento con su manjar favorito: puré de frutas, mermelada, leche condensada, yogur. Si tomar la medicación es realmente importante, incluso puede permitirle al bebé algo condicionalmente prohibido, donde se mezclará la medicación.
Existe una excelente manera de tragar las pastillas con facilidad. Solo necesitas beberlos de la botella. En este caso, la lengua se coloca en la boca de tal manera que el momento de tragar sea más fácil.
Tratando de negociar
Si su bebé está en la edad en que puede negociar con él, aproveche esta oportunidad. Alinee sus argumentos con anticipación. Presione sobre las emociones: los niños impresionables ceden a la persuasión mucho más rápido. Asegúrele a su hijo que es lo suficientemente grande como para tomar el medicamento por sí solo sin llorar. Utilice el principio de comparación con otros niños que pueden tomar una pastilla fácilmente. Prometa a su bebé un regalo tan esperado por su valentía y valentía. Puede que no sea del todo pedagógico hacer esto, pero aquí está en juego la salud de su hijo o hija.
Tenga en cuenta que la mayoría de los medicamentos modernos para bebés en realidad no saben mal y son lo más fáciles de usar posible. Estereotipos, miedo y prejuicios infundados: esto es lo que impide que un niño sea tratado adecuadamente con medicamentos.
Enséñele a su hijo a tomar los medicamentos sin problemas por adelantado. Hable con su médico acerca de tomar multivitamínicos en los cursos, déle a su bebé jarabe de rosa mosqueta u otros suplementos útiles en varias formas.
La fuerza es el último recurso
A veces, un niño se encuentra en una edad en la que todavía es difícil explicar la conveniencia de tomar medicamentos y es casi imposible burlarlo. Si la salud o incluso la vida del bebé realmente depende de la droga, no queda nada más que el uso de la fuerza. Por supuesto, se debe recurrir a este método solo como último recurso, mientras se actúa con la mayor delicadeza posible. Trate de que el medicamento sepa bien y tenga suficiente agua para que beba su hijo. Es muy conveniente diluir el medicamento con líquido e inyectarlo en la boca con una jeringa sin aguja. Es muy posible que el niño comprenda que el medicamento no fue nada desagradable, y la próxima vez lo tomará sin ningún esfuerzo de su parte.