El patinaje sobre hielo puede desarrollar el sentido del equilibrio, la resistencia, la excelente postura y la velocidad de reacción de un niño, sin mencionar el beneficio y la alegría que traerá un viaje conjunto a la pista o la sección de deportes. Pero la elección del equipo adecuado puede retrasarse porque, a pesar de la variedad, puede resultar muy difícil elegir patines que sean adecuados en todos los aspectos.
Instrucciones
Paso 1
Asegúrese de ajustar sus patines al tamaño exacto para evitar lesiones y mantener el pie de su hijo cómodo. Es recomendable probarse un calcetín ajustado, pero no demasiado grueso, aproximadamente el mismo que usará en la pista. Ata con cuidado los patines seleccionados en la tienda y comprueba si el talón se ajusta perfectamente a la espalda y si el tobillo está bien fijado.
Paso 2
Decide si tu hijo se siente más cómodo con patines duros o blandos. Los patines de plástico rígido fijan de forma segura la pierna, protegiéndola de esguinces y torceduras, pero al mismo tiempo limitan la libertad de acción. Tales patines son preferibles para un niño que participa en la sección de hockey. Los patines blandos fabricados en piel natural o artificial son más cómodos de llevar y te permiten moverte con mayor libertad, se utilizan mejor en la sección de patinaje artístico y para aquellos que patinan ocasionalmente por su propio placer.
Paso 3
Preste atención a las hojas, que deben tener bordes rectos, buen afilado y una ranura a lo largo de toda la hoja. La ausencia de un surco está permitida solo en patines de atletas experimentados y está completamente excluida en el caso de que un niño esté patinando. La longitud de la hoja puede variar, pero recuerde, cuanto más larga es, menos maniobrabilidad en el hielo.
Paso 4
Intente comprar patines solo en tiendas deportivas de confianza, dando preferencia a las marcas conocidas. Las contrapartes baratas y las falsificaciones pueden consistir en materiales de baja calidad. Tales cuchillas se vuelven rápidamente desafiladas, dentadas, oxidadas, lo que afecta negativamente la calidad de conducción. Una almohadilla hecha de materias primas de baja calidad no permite que el pie respire, no proporciona una fijación confiable y también se agrieta rápidamente. Todo esto puede conducir no solo a una vida útil corta, sino también a lesiones del niño que podrían haberse evitado.