En los primeros días de vida, mucha emoción puede acompañar a la lactancia. Las mamás que amamantaron lo hicieron fácil y sin esfuerzo. Y usted, no importa cuánto lo intente, no puede obligar al bebé a que se lleve el pezón a la boca, y mucho menos a hacer que el bebé comience a succionar completamente la leche.
Instrucciones
Paso 1
Si surgen tales problemas, no se apresure a entrar en pánico e intente alimentar con biberón. La forma del pezón o el frenillo corto de la lengua pueden dificultar que el bebé tome el pecho. Dése muy poco tiempo a usted y a su hijo.
Paso 2
En los primeros días, alimente al bebé acostado de lado; así será más fácil. Recuerde, cuando lo alimente, nunca se incline sobre su bebé para meterle el pecho en la boca. Es mejor levantar la cara del bebé y acercarla al pecho. Una vez que aprenda a alimentar a su bebé mientras está acostado, puede experimentar con las posiciones de alimentación y encontrar la más cómoda.
Paso 3
Tome el pecho con dos dedos, pulgar e índice, y lleve el pezón a los labios del bebé. No obligue al bebé a abrir la boca a la fuerza, es mejor hacerle cosquillas en los labios con su pezón, y cuando el bebé abra levemente la boca, coloque el pezón en el centro para que sea conveniente que el bebé lo agarre. Repita este procedimiento varias veces hasta que el bebé comprenda lo que debe hacer.
Paso 4
Cuando el bebé agarre su seno con los labios, preste atención a si está pellizcando la areola. Esto es necesario para que las glándulas mamarias se contraigan lo suficiente como para producir leche.
Paso 5
Asegúrese de que el bebé esté succionando su pecho y no su lengua o incluso su labio. Compruébelo empujando suavemente hacia atrás el labio inferior de su bebé. Si resulta que el bebé realmente se está chupando la lengua, el proceso de alimentación debe comenzar de nuevo.