A diferencia de los adultos, los niños se deshidratan rápidamente. Los padres deben vigilar el estado del bebé y controlar la cantidad de líquido que bebe el niño para evitar consecuencias desagradables para su salud.
Por qué ocurre la deshidratación
Es importante que los niños pequeños y en edad preescolar beban agua con regularidad para mantenerse hidratados. Esto es especialmente cierto en climas cálidos y en los días en que el niño está enfermo. Para reponer el equilibrio hídrico, el niño necesita una ingesta frecuente de líquidos, pero en pequeños volúmenes. Puede ser agua pura, jugo o té. No se recomienda ofrecer a su hijo bebidas carbonatadas que sean perjudiciales para los dientes y la mucosa gástrica. La norma diaria de líquido para bebés es de 100-200 ml, para niños en edad preescolar: 1, 2-1, 7 litros, para niños de 7 a 12 años: 1, 7-2 litros, y para adolescentes, así como para adultos., debes beber al menos 2 litros de agua al día. Al mismo tiempo, en un estado de enfermedad, la necesidad de beber aumenta drásticamente.
La deficiencia de líquidos puede desarrollarse en un día muy caluroso o en una habitación congestionada. Para evitar esto, riegue regularmente al niño, evite los juegos al aire libre y la ropa hecha de telas densas. El riesgo de deshidratación aumenta si el niño tiene fiebre, diarrea y vómitos. Ofrézcale a su hijo bebidas calientes a altas temperaturas y agua limpia o soluciones de electrolitos para la indigestión. Los virus o infecciones intestinales requieren que el niño beba en pequeñas porciones de 1 a 2 cucharaditas. cada 5 minutos. Los jugos de frutas y los tés están contraindicados en este caso, ya que irritan la membrana mucosa del tracto gastrointestinal y pueden agravar la condición del bebé. Si el niño se niega a beber porque le duele tragar, la afección del niño se puede aliviar mediante el uso de anestésicos locales para niños.
Signos de deshidratación
Si su hijo todavía usa pañales, asegúrese de que la orina pase con regularidad, cada media hora a una hora. Si el pañal se deja seco durante 5-6 horas, su bebé está deshidratado y necesita reposición de líquidos. También preste atención al color y olor de la orina. Cuanto menos a menudo orine el niño, más concentrada se vuelve la orina. Tiene un color oscuro y un olor acre de lo habitual.
La pérdida de líquido se acompaña de malestar general. El niño puede volverse letárgico, apático, somnoliento. Normalmente, en los niños, los labios y la cavidad bucal siempre están hidratados y tienen un color rosado. Si nota que los labios de su bebé están secos y más claros, este es un signo clásico de deshidratación. A veces, cuando falta líquido, los niños lloran sin lágrimas.
Los signos de deshidratación severa, que pueden requerir un goteo intravenoso de líquido, son manos y pies pálidos y fríos, piel “veteada”, mareos, aturdimiento, somnolencia extrema o agitación excesiva y hematomas debajo de los ojos.