Los pediatras hacen sonar la alarma: muchos niños de primer grado no solo tienen problemas de salud, sino que tampoco saben nada sobre las normas sanitarias e higiénicas básicas, lo que también representa una amenaza para los niños.
Instrucciones
Paso 1
Muchos padres se refieren con confianza a la ecología moderna y la mala calidad de los alimentos, tratando de explicar los problemas de salud de sus hijos. Sin embargo, los expertos se mantienen firmes: la causa de muchas enfermedades, incluidas las bastante graves, es la falta de atención de los adultos a la crianza y el desarrollo de un bebé a una edad muy temprana. Por ejemplo, los niños a los que no se les enseña a cepillarse bien los dientes a tiempo corren el riesgo de convertirse en pacientes dentistas habituales en la escuela. Esto es especialmente cierto para aquellos bebés cuyos padres usaban dulces como solución a los problemas. Como resultado, el caramelo, que se ha convertido en una panacea para los caprichos y en la base de una relación contractual con un niño, puede conducir al desarrollo no solo de caries, sino también de maloclusión. Los bebés que no conocen la necesidad de lavarse las manos antes de comer corren el riesgo de ir al hospital con intoxicación alimentaria o infectarse con gusanos.
Paso 2
Según los expertos, la culpa de las caries en los niños en la mayoría de los casos recae en los padres. En primer lugar, los adultos no le enseñaron al niño a cuidar la cavidad bucal y, en segundo lugar, no controlaron bien la calidad de los alimentos, como resultado, muchos niños prefieren los caramelos y los dulces en lugar de las manzanas y otras frutas. Por lo tanto, es importante ayudar de inmediato al bebé a aprender a usar el cepillo para evitar visitas al dentista en el futuro; después de todo, incluso muchos adultos se estremecen al pensar en visitar a estos médicos.
Paso 3
Es importante enseñarle a su hijo los conceptos básicos de seguridad desde una edad temprana. Puede intentar reducir la cantidad de lesiones dedicando tiempo de antemano a explicaciones detalladas: cómo cruzar la calle, por qué no debe tocar una plancha caliente, qué tan peligrosos son los enchufes y los cables que sobresalen del suelo, etc. Ni un solo niño está asegurado contra lesiones, pero es deber de los padres tratar de minimizar su probabilidad explicándole al niño las reglas elementales de su propio comportamiento seguro. Como se practica en Japón, los niños pueden hacer cualquier cosa excepto lo que representa un peligro potencial para su salud (por ejemplo, jugar con cuchillos y agujas). Solo es importante explicar lo que puede seguir a tal entretenimiento, convenciendo gradualmente al niño de que tenga más cuidado. Hay que recordar que el propio ejemplo también es extremadamente convincente, es decir, los padres, en particular, simplemente están obligados a seguir las reglas de la carretera para inculcar este hábito en el niño, haciendo su vida futura segura.
Paso 4
Como fue posible establecer psicólogos estadounidenses, de los niños que juegan en el patio de recreo o en el parque, aquellos alrededor de quienes las madres preocupadas o niñeras corretean, advirtiéndoles de un paso u otro, corren mucho más riesgo. Un niño que sube una escalera con tal acompañamiento, según los investigadores, tiene más probabilidades de caer al suelo que aquellos que actúan de forma independiente. Los padres deben dar a los niños la libertad de dominar el espacio circundante; él mismo debe sentir las consecuencias de sus propias acciones para aprender posteriormente a evaluar adecuadamente su fuerza. Por supuesto, dentro de límites razonables, según la edad, los niños deben aprender a ser independientes. Luego, una vez que alcancen la edad escolar, será más seguro para los padres enviarlos a una institución educativa.
Paso 5
Para preservar la visión y la postura de un niño en edad preescolar, así como para evitar problemas en su desarrollo psicoemocional, es necesario limitar la visualización de programas de televisión, así como juegos con diversos dispositivos modernos. Según una serie de estudios científicos, los padres que acostumbran a sus hijos a ese pasatiempo no les hacen ningún favor a los bebés. Después de varios años, a un niño se le puede diagnosticar una amplia gama de enfermedades y trastornos, desde la miopía hasta la obesidad (cuando ver dibujos animados se acompaña de una absorción irreflexiva de dulces), así como una mayor irritabilidad nerviosa.