Algunos padres inicialmente tienen una actitud negativa hacia el endurecimiento de los niños, confundiendo este concepto con la natación de invierno. El proceso de endurecimiento no implica bañarse en manantiales de hielo o frotarse con nieve. En primer lugar, es necesario para la formación de una fuerte inmunidad en un niño, y este efecto se logra de maneras completamente diferentes.
Instrucciones
Paso 1
La inmunidad débil del niño se debe principalmente a la tendencia a resfriados frecuentes. Si un bebé, por ejemplo, se resfría varias veces al año, esto puede considerarse una señal alarmante. En este caso, no nos referimos a fiebre y secreción nasal por la dentición o reacciones a las vacunas. Estamos hablando de ARI y ARVI.
Paso 2
Es necesario comenzar a endurecer con una mínima cantidad de agua fría. Remoje sus manos en líquido frío y limpie suavemente los pies del bebé. Este procedimiento debe realizarse varias veces a la semana. No vale la pena bañar a un niño con agua fría o arreglar inmediatamente las duchas vaginales matutinas. Con tales acciones, puede dañar el cuerpo del niño.
Paso 3
Aumente gradualmente la duración del procedimiento y la cantidad de agua fría. Tenga en cuenta que el líquido no debe estar helado, sino frío. La mejor opción es poner suficiente agua fría en un recipiente y dejarlo a temperatura ambiente durante al menos 12-15 horas.
Paso 4
Solo después de 10 a 14 días desde el comienzo de limpiar las piernas del niño con agua fría, puede comenzar a empapar parcialmente. En este caso, el agua solo debe entrar en contacto con los pies del bebé. Por ejemplo, coloque a su bebé en una bañera y rocíe rápidamente el área hasta las rodillas con agua a temperatura ambiente. Este procedimiento también debe llevarse a cabo durante al menos una semana. Si durante este período el niño se enferma, el endurecimiento debe posponerse por un período más favorable.
Paso 5
De manera similar, el área de vertido se incrementa hasta la cintura, luego hasta el pecho y los hombros del niño. En total, el proceso de acostumbrarse al endurecimiento lleva varios meses. Si realiza estos procedimientos con regularidad, el cuerpo del niño se fortalecerá en gran medida y será menos propenso a los resfriados.