Es costumbre llamar a los bebés de 0 a 12 meses de edad. Y si en los primeros seis meses alimentarlos parece bastante sencillo, entonces con la introducción de alimentos complementarios la situación se complica mucho más. Alimentos complementarios pediátricos o pediátricos, verduras del mercado o latas: no es nada fácil para los padres modernos entender esta pregunta aparentemente simple.
Instrucciones
Paso 1
Los bebés recién nacidos duermen o comen la mayor parte del tiempo. Y no importa qué tipo de alimentación eligió la madre, leche materna o fórmulas lácteas, no puede prescindir de preocupaciones. ¿Bebe el bebé suficiente leche, tuvo hambre o tal vez, por el contrario, comió en exceso? ¿Cómo afectará esto a su silla? De hecho, no todo da tanto miedo. Se trata de bebés que no necesitan nada más que senos, que se entregan a pedido. El propio bebé extrae toda la leche que necesita y el cuerpo de la madre se adapta a las necesidades del bebé lactante.
Paso 2
Los padres cuyos bebés son alimentados con fórmula o mezclados tendrán un poco más de dificultad porque, a diferencia de los senos alimentados con biberón, el sistema de oferta y demanda no funciona. Debe seguir cuidadosamente las tasas recomendadas en el empaque de alimentos o el horario de alimentación proporcionado por su pediatra supervisor. Independientemente del tipo de alimentación, los bebés menores de 6 meses no necesitan ningún otro alimento que no sea leche: leche materna o especialmente preparada.
Paso 3
A partir del 7º mes de vida, van apareciendo paulatinamente otros productos alimenticios en la dieta del niño. Los pediatras recomiendan el esquema clásico de alimentación complementaria, en el que el primer alimento complementario debe consistir en un producto hipoalergénico dispensado a la hora del almuerzo, al principio en pequeñas cantidades. Debe comenzar literalmente con una gota de puré en la punta de una cucharadita, aumentar la ración día tras día, ampliando gradualmente la dieta del bebé. Por ejemplo, al comenzar los alimentos complementarios con calabacín, dentro de una semana, lleve la porción a 3-4 cucharadas y, al octavo día, reemplace una cucharada de calabacín con puré de coliflor o brócoli. Cada comida en forma de alimentos complementarios debe terminarse con el agarre al pecho o amamantando de un biberón con la mezcla habitual. Una transición tan fluida de un tipo de alimento a otro ayudará al bebé a acostumbrarse gradualmente al nuevo alimento y reducirá el riesgo de alergias.
Paso 4
Más cerca del año, se puede comenzar a llevar al bebé a la mesa común, ofreciéndole comidas servidas a otros miembros de la familia. Al mismo tiempo, no debe precipitarse a los extremos y transferir a la familia a puré de verduras o darle a su hijo un bistec o pescado frito. Siempre puede encontrar un compromiso, por ejemplo, en forma de verduras guisadas o chuletas al vapor. El propósito de una comida conjunta de este tipo no es solo alimentar al bebé, sino también brindarle la oportunidad de familiarizarse con la cultura de la alimentación. Copiando el comportamiento de los adultos, empuñando al lado de todos, incluso si son de plástico, pero casi reales, un tenedor y una cuchara, al niño le encantará este tipo de comidas conjuntas y estará feliz de participar en ellas.