Tan pronto como los bebés comienzan a adquirir sus primeros dientes, muchos padres se convierten en testigos involuntarios de sonidos sospechosos, que no son más que el uso diligente del niño de una nueva adquisición para un propósito diferente al directo, es decir, apretar los dientes. Los niños pueden rechinar los dientes no solo por la noche en un estado inconsciente, sino también durante el día, de manera muy deliberada.
Esta característica del rechinar de dientes en los niños tiene un nombre completamente científico. Entre los dentistas, este proceso se denota con la palabra "bruxismo" y se explica, por regla general, por la falta de costumbre del niño a los cambios que acaban de aparecer en su boca.
Causas
Sin embargo, entre otras razones de este fenómeno, los expertos identifican factores más graves, como dolor de muelas o dolor de oído, dificultad para respirar como consecuencia de una reacción alérgica, un resfriado.
El rechinar de dientes también es uno de los signos claros de la aparición de parásitos en el cuerpo humano, por ejemplo, helmintos. A menudo, la causa incluso del bruxismo tardío puede ser un malestar psicológico asociado con el estado emocional del niño, la atmósfera nerviosa o inusual que lo rodea. Un chillido también puede ser una respuesta a cualquier estímulo físico o mental que aparezca en la vida de una persona.
Según los expertos, a veces se explica por una predisposición genética, es un signo de inicio de ataques epilépticos o el deseo ordinario del niño de extraer un sonido completamente nuevo que alguna vez le gustó.
Lucha contra el dolor de muelas
Para ayudar al niño a combatir este hábito tan dañino y desagradable para los demás, se debe, en primer lugar, eliminar la razón misma de la aparición de un deseo irresistible de "crujir". Si se trata de dientes cortantes, vale la pena aliviar la afección del niño con la ayuda de preparaciones especiales o masaje de las encías.
Si se trata de un simple capricho, debe ser paciente y esperar hasta que el proceso se vuelva simplemente poco interesante para el niño, y el hábito se olvide o se reemplace por actividades más interesantes que han aparecido en la vida de un niño adulto.
En cualquier caso, vale la pena abordar las influencias molestas, priorizando la música clásica tranquila, haciendo las actividades diarias más fáciles y agradables, ofreciendo al bebé frutos sólidos que automáticamente aumentarán la carga sobre las mandíbulas inquietas.
Rechinar los dientes es una razón especial para mostrarle a un bebé al dentista, porque probablemente pueda detectar los primeros signos de caries, grietas en el esmalte de los dientes y otras consecuencias dañinas de un mal hábito. El especialista puede recomendar almohadillas especiales que posteriormente evitarán la abrasión indeseada de los dientes.