Las historias de vida de algunas personas dan la impresión de que buscan deliberadamente problemas y sufrimiento. A estas personas a menudo se las llama masoquistas en broma o en serio, pero ¿es correcto este término?
Masoquismo y sexo
El concepto de masoquismo fue introducido por el psiquiatra alemán Kraft-Ebing e inicialmente solo se refería al ámbito de las relaciones sexuales. El masoquismo se entendía como un trastorno mental, como resultado del cual un individuo necesita experimentar sensaciones dolorosas para poder recibir placer sexual. El masoquismo está estrechamente relacionado con el sadismo, por lo que en psiquiatría se combinan en el término general "sadomasoquismo". La palabra masoquismo en sí proviene del apellido del escritor Sacher-Masoch, quien a menudo describió una forma similar de relaciones sexuales en sus libros.
Desde el punto de vista de la psiquiatría moderna, la aparición de la excitación sexual y la recepción del placer no se asocia tanto con el hecho mismo de sentir dolor físico, sino con el componente emocional: una sensación de sumisión, humillación, etc. En principio, hasta cierto punto, el sadomasoquismo no se considera una desviación, y muchas parejas utilizan sus elementos en los juegos de cama, pero si el dolor y la humillación se convierten en la única forma de tener placer, vale la pena contactar con un especialista.
Punto de vista del psicólogo
En psicología, los masoquistas son personas que consciente o inconscientemente crean situaciones en las que pueden sentirse humillados. No se trata de satisfacción sexual, sino de diversos complejos que obligan a los individuos a provocar manifestaciones de agresión contra sí mismos. Por lo general, la razón de este comportamiento radica en el trauma infantil asociado con la desaprobación o el abuso de los padres y compañeros. El masoquismo psicológico es una de las razones del comportamiento de la víctima, es decir, un curso de acción en el que es más probable que un agresor potencial se convierta en uno real.
Al experimentar el placer de la agresión, el castigo y la humillación, la gente, lamentablemente, rara vez se atreve a comprender y cambiar su comportamiento. Si, en el caso de las sensaciones sexuales, el caso, la mayoría de las veces, no va más allá de la relación en pareja, entonces un masoquista psicológico puede destruir toda su vida. Para satisfacer sus complejos, una persona puede cometer errores deliberadamente en el trabajo, elegir a los socios más inapropiados, provocar la agresión de sus allegados. Todo esto, naturalmente, no tiene el mejor efecto sobre la calidad de vida. Si nota síntomas de comportamiento masoquista en usted o en alguien que conoce, puede tener sentido consultar a un psicólogo.