Incluso los niños pequeños pueden decir palabras hirientes o malas. La mala educación infantil a menudo desconcierta a los padres. Es necesario comprender las razones de este comportamiento e intentar que el niño deje de ser grosero.
Instrucciones
Paso 1
Analice la situación, hable con su hijo e intente averiguar por qué se está comportando de esta manera. A veces, los niños simplemente gritan palabras ofensivas, sintiendo inconscientemente su connotación negativa, pero sin comprender completamente el significado de tales frases. De esta forma, expresan insatisfacción, enfado o resentimiento. Es posible que simplemente estén copiando un comportamiento similar después de ver lo mismo en el jardín de infantes o en un paseo por el parque.
Paso 2
Si una persona un poco grosera tiene una hermana o un hermano menor, entonces la grosería puede ser el resultado de celos infantiles. Trate de pasar la misma cantidad de tiempo con ambos niños. Hable con su hijo y dígale que no tiene nada de qué preocuparse y que lo ama tanto como lo amaba antes de que el bebé llegara a la familia.
Paso 3
La mejor manera de evitar que los niños sean groseros es con el ejemplo. Si se permite no tener tacto o incluso ser cruel con su hijo, recibirá una comunicación similar a cambio. Habla con él de la forma en que quieres que te hable a ti y a las personas que lo rodean. Enséñele a ser cortés, respetar las opiniones de otras personas y decir "gracias", "por favor", "lo siento".
Paso 4
Habla con tu hijo, explícale que al usar palabras duras y malas, ofende a la gente. Diga que a nadie le gustan las personas groseras, y si continúa comportándose de esta manera, nadie se hará amigo ni se comunicará con él.
Paso 5
No grite ni sea grosero con su hijo en respuesta a su insolencia. A menudo, con tal comportamiento, intenta atraer tu atención y enojarte. Al ver que se rompió, el niño se volverá insolente y responderá aún más. Nunca use la fuerza. Castigar físicamente a los niños no puede infundirles respeto. Esto solo intimidará o amargará al niño, pero no lo hará cortés. Solo las conversaciones sinceras, las aclaraciones y el ejemplo personal te ayudarán a suavizar el conflicto y evitar que el niño sea grosero.