Bien: todo el mundo opera con este concepto, pero si le pide a una persona que explique lo que quiere decir, lo más probable es que no pueda hacerlo en pocas palabras. Toda la discusión se reducirá rápidamente al hecho de que el bien es un concepto filosófico, y todos ya saben lo que es, porque la gente lo siente en su corazón. Pero explicar precisamente esos conceptos es la tarea más interesante para los filósofos.
Bondad en la tradición occidental
Bien se refiere a términos que describen categorías morales y éticas. Ésta es una categoría de ética. En el sentido cotidiano, todo lo que es bueno se llama bueno, trae felicidad o alegría y te permite ganar el amor. Además, la interpretación cotidiana a veces permite tipos de bienes "complicados", cuando los beneficios de algunos fenómenos a primera vista no son obvios, pero al final resultan ser buenos.
Los filósofos del mundo occidental han intentado durante mucho tiempo describir el bien comparándolo con la categoría de maldad o maldad. El bien es algo completamente opuesto al mal, y si el bien es beneficioso, entonces el mal es dañino. Esta división del mundo en partes buenas y malas es especialmente característica del mundo occidental. Los antiguos griegos sentaron las bases de tan implacables antónimos, y más tarde la religión cristiana desarrolló aún más esta distinción.
Entonces, en el cristianismo, al bien se le asigna el estatus de divino, y en este aspecto se vuelve absoluto, se convierte en providencia de Dios. Esto le permite obtener interpretaciones diarias adicionales, por ejemplo, se cree que el bien regresa y el mal no quedará impune.
El bien debe ser desinteresado, porque si se hace con el objetivo de obtener ganancias, entonces esto ya no es del todo bueno, sino algo de la categoría de transacciones comerciales.
Bondad en la tradición oriental
En la tradición oriental, no existe una división tan clara del mundo en un aspecto bueno y uno malo, al igual que no hay religión que absolutice el concepto de bien. Por ejemplo, el taoísmo, en el que el bien y el mal se denominan yin y yang, cree que son fuerzas iguales que gobiernan el mundo y que una es impensable sin la otra. Juntos, el yin y el yang crean una armonía sobre la que descansa el mundo. Destruir el mal significa socavar el principio mismo de la existencia del universo.
En el taoísmo, se cree que un intento de dividir el mundo en bien y mal es infructuoso, ya que el mundo es infinito, y esa división también tendría que llevarse a cabo sin cesar.
Al mismo tiempo, en cada tradición religiosa oriental, se consideran ciertos aspectos de la existencia, que se consideran negativos. Por ejemplo, en el budismo, el aspecto negativo es el renacimiento constante, que trae sufrimiento a un ser vivo. Todo aquello que haga que una persona se sumerja demasiado en el abismo de la vida se considera malvado, es decir, son todas pasiones y deseos.
En el hinduismo, la bondad es seguir el chakra del corazón y esforzarse por abrirlo tanto como sea posible. El Islam, aunque es una tradición oriental, en la comprensión del bien y del mal está más cerca del cristianismo que de otras religiones. La comprensión más "conveniente" del bien la da el confucianismo: Confucio dijo que el bien es lo que una persona considera bueno para sí mismo.