A principios de otoño, la elección de frutas y bayas es sorprendente en abundancia. Frutas habituales y exóticas, sandías, melones y, por supuesto, uvas atraen con abundancia de vitaminas y sabores. Quizás sea difícil encontrar a alguien que sea indiferente a las uvas. Las madres y los padres jóvenes solidarios suelen estar interesados en la cuestión de los beneficios de las uvas para los niños. Al mismo tiempo, no se debe olvidar que las uvas están clasificadas como alimentos difíciles de digerir, por lo que conviene introducirla en la dieta del bebé con precaución.
Uvas de bayas reales
Las uvas son una valiosa fuente de energía. Su rica composición y agradable sabor lo convierten en una baya real. En muchos países, se practica el tratamiento de la uva, porque desde la antigüedad se conocen sus propiedades depurativas y su capacidad para eliminar toxinas. Estas frutas de perla contienen una cantidad suficiente de vitamina C, vitaminas B, así como calcio, magnesio, potasio, manganeso, glucosa y ácidos orgánicos. Todo esto es simplemente necesario para que los niños pequeños se desarrollen y crezcan bien.
Las uvas son muy sanas y sabrosas. Pero su uso en la primera infancia puede ser perjudicial para la salud. Las uvas son alimentos alergénicos. Deben administrarse con mucho cuidado a los niños propensos a reacciones alérgicas. Además, las uvas tienen un alto contenido de glucosa y pueden ser perjudiciales para los dientes. También puede causar fermentación intestinal y problemas digestivos, especialmente cuando se combina con leche o refrescos.
Conocimiento del niño con uvas
Las uvas, como cualquier alimento complementario, deben introducirse gradualmente en la dieta del bebé y vigilar cuidadosamente las más leves reacciones del organismo. No hay consenso sobre a qué edad es mejor presentar a un niño esta valiosa baya. Pero está claro que esto no debería hacerse hasta dentro de un año. Los pediatras aconsejan comenzar a alimentar a los niños con uvas cuando cumplan dos años. Pero si un bebé de un año tiene todo en orden con la digestión, puede consumir uvas en pequeñas cantidades.
Por primera vez, de 2 a 5 bayas son suficientes. Si no se observan efectos secundarios, la dosis se puede aumentar gradualmente, pero sin fanatismo. Al alimentar con bayas de uva a un niño, es necesario pelarlas de semillas y pieles. El sistema digestivo del bebé todavía está débil y solo puede hacer frente a la parte blanda de la jugosa baya. Para un niño, es mejor elegir uvas dulces y maduras. Las frutas ácidas pueden decepcionarlo y no agradarle, y las inmaduras pueden provocar trastornos intestinales.
Las contraindicaciones para el uso de la uva son problemas estomacales e intestinales, insuficiencia renal y diabetes mellitus. En otros casos, la introducción competente de uvas en la dieta del niño servirá como una excelente fuente de nutrientes y compuestos orgánicos. Además, es un gran placer para un niño pequeño.
No existen reglas estrictas para la introducción de tal o cual alimento complementario, todo es individual y depende del desarrollo del bebé. Por lo tanto, la introducción de frutas y bayas en la dieta del niño debe comenzar con precaución, observando cuidadosamente la reacción del cuerpo.