Qué difícil es a veces llevarse bien con un niño que insiste obstinadamente en lo suyo. Durante la próxima rabieta de su hijo de tres años, su taza de paciencia se desborda. Los padres sabios aconsejan en tales casos que se mantengan tranquilos y firmes.
Instrucciones
Paso 1
Respeta a tu bebé. Su hijo no es solo una criatura irracional que requiere cuidados constantes. También es una personalidad independiente de pleno derecho con sus propios deseos y aspiraciones.
No trate las solicitudes del niño como irrelevantes. Si la petición del bebé no le causa muchos problemas, sígala. Por ejemplo, no descuide la solicitud de un niño de ver nadar una rana y hablar sobre las peculiaridades de su comportamiento. Su hijo le estará agradecido y sus horizontes se expandirán significativamente.
Paso 2
Si satisfacer la solicitud amenaza la salud del bebé o viola las reglas de comportamiento de la sociedad, entonces sea estricto y coherente. Explíquele a su hijo por qué le prohíbe hacer algo. La solicitud del niño no debe concederse bajo ningún pretexto, ya sea "por poco tiempo", "un poquito" o "una vez y ya está". Y la próxima vez que surja una situación similar, la prohibición debe permanecer en vigor.
Paso 3
Trate de no usar malas palabras, alzar la voz o agredir cuando se comunique con su hijo. Esto último se justifica solo en casos extremos, cuando la miga pasa por encima de lo permisible y otros medios ya no ayudan. Una bofetada en un punto débil solo es posible sin malicia y estrictamente con fines educativos.
Paso 4
Ama a tu hijo y, pase lo que pase, ponte de su lado. Una de sus responsabilidades como padre es proteger a su hijo en todas las circunstancias. Después de todo, todavía no tiene otra protección.