Cada padre piensa en la admisibilidad y la necesidad de castigar al niño. Alguien está seguro de que el niño debe ser castigado solo en casos extremos y ni siquiera piensa en castigarlo físicamente. Y alguien está seguro de que el castigo, además de físico, es la única medida correcta en los métodos de crianza de los hijos. ¿Pero quién tiene razón?
¿Por qué se debe castigar a un niño?
Es necesario castigar a sus hijos solo en dos casos: cuando el niño rompe las reglas, sobre cuya existencia conoce. Por ejemplo, le enseñaron a no fumar ni a maldecir, pero todavía lo hace de vez en cuando. Bueno, un niño es castigado cuando, a una edad temprana, realiza actos inconscientes que lo amenazan a él oa su seguridad. Por ejemplo, si un niño se sube activamente a una toma de corriente o cuando corre en lugares peligrosos.
Pero, ¿vale la pena castigar a un niño si rompe reglas que él desconoce o hace algo no intencional por sí mismo? Por ejemplo, si un adolescente rompe accidentalmente el jarrón de una abuela, ¿debería ser castigado? Bueno, la respuesta aquí solo depende de las circunstancias. Si, por ejemplo, jugó con una pelota y rompió un jarrón, entonces vale la pena, y si lo rompió mientras limpiaba, entonces el castigo por esto no es una buena medida.
Cómo castigar correctamente
- En el proceso de castigar a un niño, es necesario recordar que debe controlar sus emociones. No se debe permitir ninguna reacción emocional, incluso si el niño no trae nada más que irritación. Esta es la regla más importante para un castigo correcto y efectivo.
- Al niño se le debe explicar constantemente qué tipo de comportamiento se considera extremadamente inaceptable y merece un castigo apropiado. Esto es necesario para que el niño conozca y asimile las normas de la vida social.
- Siempre pregúntele a su hijo con anticipación cómo lo castigará en caso de desobediencia o mala conducta. Por ejemplo, puede decirle que incluso por las ofensas más pequeñas, puede ser arrancado de la televisión o la computadora.
- Explique siempre a su hijo exactamente por qué lo castigará.
- No persiga el objetivo de reprimir la voluntad de su hijo, porque en el proceso de castigo, debe sentirse culpable y, si es posible, disculparse. Por lo general, un niño tarda varias horas en disculparse.
- Busque la obediencia, pero no la haga de inmediato. Explíquele la extrema inaceptabilidad del comportamiento y acepte, digamos, el castigo más estándar: quítele el prefijo. Además, no debes presionar a tu hijo, es mejor esperar hasta que se dé cuenta de todo por su cuenta y le pida perdón.
- El castigo físico solo debe usarse como último recurso. Lo ideal sería utilizar el castigo físico por solo 4 años. El castigo físico debe ser simbólico, condicional. Por ejemplo, abofetee ligeramente y levante la voz. Eso debería bastar.