La crianza de los hijos es una de las cuestiones más importantes para cualquier madre. El niño no obedece y es travieso. Parecería que aquí está, gateando y volviendo pequeño y lindo, pero el tiempo vuela, y ya un milagro de tres años hace berrinches, está listo para golpearse la cabeza contra el suelo y llorar desgarradoramente hasta que vomita y rompe su voz. Esta situación probablemente sea familiar para muchas madres. ¿Qué hacer? Averigüemos qué tácticas serán las más correctas y qué les sucede realmente a los niños.
Instrucciones
Paso 1
Los niños en un cierto período de tiempo comprenden que no son uno con su madre. Empiezan a aprender sobre el mundo y a buscarse a sí mismos, es decir, a afirmarse en él. A menudo lo hacen a expensas de las personas más cercanas, sus madres. Es por eso que están más relajados con otros miembros de la familia o en el jardín de infancia.
Paso 2
Hay que recordar que el niño necesita comprensión, cariño y protección. Mantener la calma y distraer será la mejor opción.
Paso 3
Cambia la escena o cautiva con el juego, convirtiéndolo en una broma. Haz un gruñido fingido, ayuda muy bien. Pero en ningún caso debes dar lo que se requiere, de lo contrario cada capricho se convertirá en histérico, convirtiéndose en un método de manipulación.
Paso 4
Los niños entienden todo muy bien desde muy pequeños. Son conscientes de lo que está permitido y lo que no. También sucede que el malentendido entre la madre y el niño crece, entonces el bebé puede retirarse a sí mismo. Criar a un niño obediente requiere paciencia, ingenio, positividad y creatividad.
Paso 5
Para los niños, toda su vida es un gran juego que los adultos deben jugar de acuerdo con sus reglas. Quiero, no quiero, lo haré, no lo haré, todos estos caprichos son solo una prueba de tu fuerza. No puedes ceder a la tentación, pero también poner una prohibición estricta. Deje que cumplan los términos del trato. Por ejemplo, recibirá un dulce si termina su sopa o sale a caminar mientras lava los platos. Tales opciones son las más favorables y desarrollan un sentido de responsabilidad. Deje que el bebé se sienta como un adulto y usted será el más libre. Recuerde: ¡la felicidad familiar está en sus manos!