¿Debe castigarse a un niño? Esta pregunta, sin duda, la hacen todos. La forma en que su hijo se comporta es un reflejo de su actitud hacia él, por lo tanto, si se aplica un castigo a alguien, ¡solo a usted mismo!
Considere la amenaza del castigo: "¡Si no guarda sus juguetes, recibirá un cinturón!" o “¡Si no dejas de darte el gusto, te llevaré con un vecino malvado!”, por cierto, el vecino no está enfadado para nada, pero el niño no lo sabe, y por alguna razón le tiene miedo. él. Aquí vemos una amenaza, sin embargo, efectiva, y creo que todos los adultos, sin excepción, las usan.
Además, el mejor impacto en las acciones de los niños es limitar la atención de la mamá o el papá ofendido. Los niños están muy preocupados cuando de repente sus seres queridos se quedan sin su aprobación, sonrisa, conversación y ayuda habituales. Tarda unos minutos en no hablar con él, y verás lo mucho que aguantan tales restricciones. Lo principal aquí es no usar este método durante mucho tiempo. De lo contrario, el niño puede encerrarse en sí mismo.
Cuando use tácticas de manejo del comportamiento, recuerde que si se usan con frecuencia, ya no serán efectivas. En cualquier caso, si el niño no te obedece, significa que no está lo suficientemente interesado en la conducta propuesta. Piensa en cómo explicarle todas las ventajas y beneficios de lo que quieres de él en un caso determinado.
Pase lo que pase, el abuso físico es inaceptable, puede afectar negativamente su psique y sus relaciones futuras. Tu autoridad caerá, él te temerá, no te respetará, la confianza desaparecerá. También es inaceptable regañar públicamente a tus hijos, con esto los asustas mucho, posteriormente se volverán inseguros, tímidos y sin iniciativa.
Cuando intente corregir un comportamiento, intente averiguar las causas y trabaje para solucionarlas primero. Quizás en la raíz de los problemas se encuentran algunos de sus miedos, o la ignorancia de algunos aspectos de situaciones que puedes disipar y contar fácilmente.