El aumento de la agresividad de los niños se considera uno de los problemas comunes no solo para profesores y psicólogos, sino también para la sociedad. El aumento de la delincuencia juvenil y el número de niños propensos a comportamientos agresivos son motivos para estudiar las condiciones psicológicas que provocan fenómenos tan peligrosos.
En tiempos de conflicto, es común que los padres les digan a sus hijos que resuelvan los problemas de manera pacífica. Esto suele ser lo que sucede si se trata de un desacuerdo infantil. Pero cuando el niño es un luchador, es necesario averiguar de dónde proviene la agresión.
Si en la familia los padres se pelean constantemente y el niño ve todo esto, entonces le será muy difícil explicar que no hay necesidad de pelear. Los conflictos familiares pueden poner al niño nervioso, ansioso y más difícil de equilibrar cuando discute con sus compañeros. Los niños siempre imitan a sus padres y a los adultos que los rodean. Por lo tanto, es importante sonreír con más frecuencia, para ayudar no solo a sus seres queridos, sino también a personas desconocidas. Un niño ve involuntariamente una actitud positiva de un adulto hacia la vida, y luego formará una actitud positiva hacia los demás. Y cuando el niño observa constantemente las disputas de los padres con los vecinos o en el transporte, creerá que la agresión es normal. Como resultado, en el jardín de infantes y luego en la escuela, esta ira puede causar disputas y peleas.
A menudo, los papás, sin darse cuenta de esto, quieren criar a un hombre de un niño. Y por eso, aconsejan a su hijo que sea fuerte, valiente, pero no toman en cuenta que también hay que contener y ceder a los débiles. Muchos padres animan a sus hijos a comportarse de forma agresiva durante una discusión. Pero es mejor que los adultos no se regocijen por ganar la pelea, sino que ofrezcan otras opciones para resolver el conflicto, contando ejemplos de la vida o de los libros.
La psique del niño también se está desarrollando teniendo en cuenta información de películas y programas de televisión, donde recientemente se agradece el uso de la fuerza física para lograr la victoria. Como resultado, los niños tienen ídolos que no siempre son amables y pacíficos. Al estar en sociedad, el niño repite su comportamiento. Por lo tanto, no debe mostrarle a su hijo dibujos animados en los que los personajes sean agresivos con otros personajes.
Incluso cuando un niño crece como una persona pacífica, esto no significa que no haya otros luchadores en el equipo y podrá evitar por completo las peleas. Lo principal es que él mismo no se convierte en el instigador de la pelea. Entonces tendrá muchas menos razones para pelear.