La nutrición razonable y la crianza eficaz de un niño en crecimiento están indisolublemente vinculadas. Desde una edad temprana, los niños adquieren un sentido del gusto bien desarrollado por la comida: algunos platos se absorben con apetito genuino, otros con disgusto, mientras que varios hábitos se forman simultáneamente con el carácter.
Cuando los padres se preocupan lo suficiente por la nutrición planificada y saludable del niño y dirigen sus hábitos y gustos de la manera correcta, esto ayuda a la correcta formación del carácter y del cuerpo en su conjunto. Por lo general, el régimen, la variedad y el cumplimiento de la nutrición se ajustan hasta un año de vida; de lo contrario, con el tiempo, la tarea puede volverse más complicada y estar llena de problemas asociados. Al comienzo del segundo año, el niño ya debería comer de manera bastante diversa, tanto en sabor como en olor, color y densidad de los alimentos. Poco a poco, se introducen en la dieta nuevos platos, más densos, que requieren masticación, incluso con los dientes de los niños no formados.
A menudo sucede que un niño no quiere percibir alimentos que son nuevos para él, habiéndose acostumbrado a las papillas de leche líquida y la leche materna, rechaza los alimentos más duros o espesos que deben masticarse. Algunos de los padres están asustados por tales negativas y piensan seriamente en los problemas de salud que impiden que el bebé trague. Otro tipo de padres hace concesiones y elige solo la comida que le gusta a su hijo, y en el camino condimenta la alimentación con diversión y cuentos de hadas. Todo esto solo fortalece los hábitos y posteriormente tiene un efecto negativo en la salud del niño.
¿Cómo puede dañar la desnutrición?
En primer lugar, se altera la digestión, aparecen estreñimiento, aparecen convulsiones, se desarrolla anemia. Sin embargo, estos efectos no son evidentes de inmediato, sino con el tiempo, durante el cual los niños pueden lucir saludables y aumentar de peso.
A veces, los padres, después de estar convencidos de la inutilidad de la persuasión, buscan una salida en la presión psicológica sobre el niño: se trata de amenazas, castigos e incluso el uso de la fuerza. Dichos métodos de exposición son inaceptables, pueden agravar la situación y, pronto, desarrollar una serie de enfermedades de los sistemas nervioso y digestivo.
Las sustancias esenciales deben estar presentes en la dieta diaria de los niños en la cantidad, calidad y proporción requeridas. Y solo si se mantiene el equilibrio nutricional, la comida traerá saciedad al niño y comenzará a ser absorbida por completo por el cuerpo, lo que ciertamente dirigirá todas sus fuerzas al crecimiento y funcionamiento saludable de los órganos del bebé en crecimiento.