El inicio del embarazo es un acontecimiento feliz en la vida de la mayoría de las mujeres. Sin embargo, la expectativa de un bebé tan esperado puede verse ensombrecida por un diagnóstico tan terrible como un embarazo congelado.
Las causas de un embarazo congelado pueden ser anomalías genéticas, la presencia de enfermedades infecciosas en la madre, malos hábitos, estrés severo y mucho más.
El diagnóstico oportuno de la desaparición del desarrollo del embarazo es muy importante para la salud de una mujer y sus futuros hijos. Pero, desafortunadamente, es casi imposible determinar un embarazo congelado sin un examen de ultrasonido.
Cuando se detiene el desarrollo fetal, es posible que la mujer no sienta ningún cambio en su condición. Pero en el futuro, con el desprendimiento del óvulo, tal malformación del embrión puede hacerse sentir con calambres y secreción sanguinolenta de rosa claro a escarlata.
Un cese brusco de la toxicosis puede ser uno de los posibles signos de un embarazo congelado, así como una disminución de la temperatura corporal basal, una disminución del dolor en las glándulas mamarias. En una fecha posterior, un embarazo congelado está determinado por la ausencia de movimientos del bebé.
Sin embargo, es posible averiguar de manera confiable si el embarazo se ha congelado solo si se contacta con un ginecólogo, se realiza una ecografía y se pasa un análisis de hCG.
El nivel de hCG cuando se detiene el desarrollo del feto tiene tasas más bajas que el promedio para una edad gestacional determinada, y en la ecografía, puede notar la ausencia de latidos cardíacos. El ginecólogo puede determinar que el embrión ha dejado de desarrollarse por la discrepancia entre el tamaño del útero y la edad gestacional.
Si sospecha un embarazo congelado, debe consultar a un médico lo antes posible. La detección de uno o más de los síntomas enumerados no puede hablar de manera confiable de congelación fetal.
