¿No es una broma, reaccionar ante la mera presencia de un médico? Es posible. La presión arterial puede aumentar, el pulso se acelera, pueden aparecer mareos e incluso pueden producirse desmayos. El miedo interno al médico es la verdadera razón del malestar.
Desde la infancia, el médico se ha asociado con la probabilidad de causar dolor. Un capullo es una historia de terror mucho más seria que la amenaza de ser arrinconado o atrapado con un cinturón. Los niños soviéticos, que experimentaron jeringas reutilizables, agujas desafiladas, historias sobre goteros a través de los cuales "puede pasar el aire", formaron y perfeccionaron su miedo a cualquier manipulación médica.
Lo transmiten por herencia, intimidando a sus hijos. No es necesario que cuentes las historias de terror del hospital para hacer esto. Basta con compadecer enérgicamente a los que llegaron allí y mostrar su pánico antes de visitar o llegar a un médico. Con un escalofrío, recuerda las manipulaciones realizadas o habla de las ejecuciones que posee el personal médico.
Como resultado, la aparición de un empleado "de blanco" puede provocar un verdadero ataque de pánico. El miedo a la bata blanca es un término reconocido por la medicina convencional.
Los adultos tienden a tener suficiente moderación para ocultar sus emociones y comportarse de una manera decente. En su sano juicio, no corren presas del pánico por los pasillos de la clínica y no gritan de miedo. Simplemente se sientan en silencio y luego se desmayan en el consultorio del médico. O experimentan un aumento significativo de la presión arterial, taquicardia, sudoración y enrojecimiento de la piel.
Como resultado, el médico tiene todas las razones para sospechar una crisis hipertensiva o un evento cardiovascular adverso. Comienza el interrogatorio. Aclaraciones de exploraciones, análisis, exploraciones … El paciente se pone muy enfermo y requiere hospitalización.
Todo esto puede evitarse si le advierte al médico con anticipación que le tiene miedo. No hay nada de sorprendente. El médico tratará sus peculiaridades con comprensión y lo tendrá en cuenta durante el examen y las recomendaciones posteriores.
Si no informa, por ejemplo, a un cardiólogo, entonces él puede emitir un juicio falso sobre el grado de hipertensión arterial o sobre la frecuencia del pulso. Como resultado, se sobrestimarán las dosis prescritas de medicamentos. Para evitar que esto suceda, siempre advierta al médico con anticipación: "Doctor, le tengo miedo".
La dificultad es que el miedo a la bata blanca es incontrolable. El propio paciente no puede hacer nada con él sin la ayuda o el consejo de un especialista. No puede tomar y dejar de tener miedo. Incluso cuando se da cuenta de que no se producirán manipulaciones desagradables, una persona es incapaz de cambiar su actitud, de no sentir miedo. En este caso, es mejor cuidar los sedantes con anticipación. Y asegúrese de decirle a su médico qué medicamento ha tomado y por qué.
Ahora, muchas instituciones médicas compran uniformes de trabajo para empleados de departamentos infantiles con personajes divertidos de dibujos animados o simplemente con un estampado en color divertido. Los pacientes jóvenes perciben esta forma con más calma y el médico no parece amenazador. Los departamentos para adultos permiten no solo el blanco, sino también otros colores, sin embargo, se da preferencia a la ropa sencilla.
Una buena ropa médica es en todos los sentidos una excelente manera de aumentar la lealtad del paciente hacia el médico. La bata blanca es un símbolo de la conciencia tranquila del médico. Por lo tanto, la mayoría de los expertos se adhieren al clásico color blanco. La imagen del médico es un aspecto importante de la imagen de la institución médica. Todos tenemos mucho trabajo por hacer para que las generaciones futuras lo perciban con más tranquilidad y no provoque miedo.