El vocabulario de un niño de 4 años es de 150 a 200 palabras. A esta edad, los niños, por regla general, pueden contar sobre sí mismos: su nombre, apellido, dirección y también responder libremente a las preguntas de los adultos. El habla no se desarrolla por sí sola, debe trabajar a propósito en la pronunciación y memorización de nuevas palabras y sus significados.
Trabajando en la pronunciación correcta
Un niño de cuatro años no siempre pronuncia las palabras correctamente. Algunos sonidos se tragan y otros se reemplazan. Al trabajar en la pronunciación correcta, el ejemplo de los padres es importante. Al comunicarse con el bebé, uno debe hablar en igualdad de condiciones y no imitar el habla del niño equivocado. Una vez al día, la gimnasia articulatoria y los ejercicios deben realizarse con el niño: estire los labios en una sonrisa, abra bien la boca, suba y baje la lengua, silbe como una serpiente y gruñe como un cachorro de tigre. Es necesario hablarle al bebé con palabras difíciles de pronunciar.
Debes comunicarte con tu hijo a la altura de sus ojos para que pueda ver que lo estás escuchando con atención, y al mismo tiempo notará cómo pronuncias cada palabra y sonido por separado.
Enriqueciendo el vocabulario
El trabajo principal sobre la adquisición de nuevas palabras se llevará a cabo durante su comunicación diaria con su hijo. Habla sobre temas interesantes, explica el significado de nuevas palabras. Puede mirar libros y revistas para niños con su bebé. Pídale que nombre los objetos que se muestran en la imagen. Una gran contribución a la reposición del vocabulario la hacen las imágenes de la trama, en las que los héroes realizan una acción. Trate de describir el evento que tiene lugar en la imagen, usando palabras nuevas y desconocidas para las migajas.
Otro método divertido se llama New Word Day. Todas las mañanas, por ejemplo, de camino al jardín de infancia, le presentará a su hijo una palabra nueva. Cuéntelo, muéstrelo si puede, y por la noche, debe verificar si el niño recordó bien o mal esta palabra.
Desarrollo del habla espontánea
Este es uno de los tipos de habla más difíciles. Los niños dominan el habla perfectamente espontánea antes de ingresar a la escuela.
El desarrollo del habla espontánea se ve facilitado por la comunicación por teléfono. Pídale a un miembro de la familia que lo llame y coloque a su bebé en el teléfono. En una conversación telefónica, el niño aprenderá a mantener una conversación.
La complejidad del habla espontánea depende no solo de las condiciones externas, es decir, dónde y con quién se lleva a cabo la conversación, sino también sobre las capacidades de habla del hablante. Hay formas divertidas de desarrollar el habla espontánea. Puede cambiar los roles con su hijo, donde él hace preguntas, monitorea su habla. También le ayudarán los juegos improvisados, representando situaciones como "En la cita con el médico", "En la mesa", "En la tienda". Y cualquier actividad de los niños representa la trama de su cuento de hadas favorito.