No importa la edad que tenga su hijo, lo principal en su educación es el amor y la confianza. Ayude a su bebé en todo, pero al mismo tiempo, nunca haga por él lo que ya puede hacer él mismo a su edad.
Es difícil explicar algo a los niños menores de un año. Muestre amor y afecto por el bebé. Sea amable con él y paciente cuando llore. El niño, como una esponja, absorbe todas las emociones y con una relación amorosa se sentirá protegido.
Al criar a un niño de 1 a 2 años, la táctica principal no es regañarlo si no se comporta como debería, sino prevenir situaciones conflictivas. Si vas a la tienda con un niño, primero dale de comer para que no le estropee el apetito con dulces. Entonces, incluso si el niño pide algo sabroso, puede comprarlo y dárselo con seguridad. Para evitar que el niño esparza cosas, asegure las puertas del gabinete de manera segura, y luego no podrá abrirlas.
A la edad de 2 a 4 años con niños, debe ver dibujos animados con más frecuencia, leer libros y, utilizando el ejemplo de las cosas buenas, explicar qué es bueno y qué es malo. Detenga las acciones no deseadas del niño con firmeza, pero con calma y amabilidad. No le grite ni lo intimide, para que el niño no crezca nervioso.
Los niños de 5 a 6 años ya pueden percibir correctamente conceptos abstractos. Dígale a su hijo qué son la amistad, el amor y la honestidad. Déle un ejemplo positivo, ya que a esta edad los niños tienden a ser como sus seres queridos.
6-8 años. El niño va a la escuela y, a menudo, la opinión del primer maestro se vuelve más importante que la de los padres. Existe una conciencia de uno mismo en la sociedad, un entendimiento de que todas las personas tienen derechos y responsabilidades. Enséñele a su hijo que el aprendizaje es un trabajo para él que debe hacerse bien.
A los 8-10 años, el niño está influenciado por factores externos: amigos, escuela, calles. Ya no está tan firmemente apegado a ti, a menudo tiene su propia opinión, diferente a la tuya. Se está llevando a cabo el proceso de formación de la personalidad. Trate de ser un padre diplomático y leal, pregunte la opinión del niño, su actitud ante tal o cual evento.
No importa la edad que tenga su hijo, permítale que comparta con usted sus alegrías, victorias, dolores y problemas. Sea su amigo.