Una guardería para un niño no es solo una habitación donde duerme, juega, estudia; la habitación donde se guardan sus cosas, juguetes y libros. Este es su mundo, en el que se siente no solo maestro, sino también creador. Por supuesto, es bueno cuando existe la oportunidad de darle al niño una habitación separada, pero esto debe hacerse a tiempo.
Desde el nacimiento hasta el año
Un niño recién nacido todavía está demasiado conectado con su madre, para él en los primeros meses de vida todavía es demasiado importante sentir su respiración, latidos y olor. Y la madre, después de nueve meses de embarazo, por regla general, todavía no está lista para separarse del bebé. Por tanto, cuanto más tiempo pasen la madre y el niño muy cerca el uno del otro, más tranquilo y estable será su estado emocional y, por tanto, mejor será el desarrollo mental, emocional y físico inicial del bebé.
Por eso no tiene sentido poner a un recién nacido en una habitación separada. Incluso si una madre usa un monitor para bebés para escuchar siempre a su bebé, no podrá responder instantáneamente a las señales que el bebé le dará. El bebé, separado de la madre, no se sentirá cómodo, y para una mujer, colocar al niño en una habitación separada se convertirá en un problema en lugar de darle minutos de descanso y paz adicionales.
De uno a tres
A esta edad, si un niño necesita una habitación separada, es exclusivamente para juegos y actividades de desarrollo. Durante este período, es bastante razonable utilizar la guardería como un lugar especial en el que será conveniente y seguro para el niño jugar, donde se guardarán sus juguetes.
Pero incluso a esta edad no es necesario "desalojar" al niño a una habitación separada. El sueño del bebé aún puede verse interrumpido por las tomas, especialmente si el bebé es amamantado, y las necesidades de espacio personal del bebé aún no son tan grandes: se siente mucho más seguro junto a los adultos.
Tres a siete
Cuando el niño cumple tres años, se produce la llamada "crisis de los tres años", cuando el niño por primera vez se da cuenta de sí mismo como una persona separada, comienza a mostrar independencia. Tiene sus primeros intereses propios, a veces es necesario jubilarse. A esta edad, el niño ya está listo para dominar una habitación separada y percibirla como un espacio personal.
Tres años es la edad mínima cuando es razonable que un niño asigne su habitación. Por supuesto, los adultos aún mantendrán el orden en él, organizarán el espacio a su discreción, pero cuanto mayor sea el niño, más activamente participará en este proceso, y esto es normal. Para la edad escolar, la habitación del niño ya será percibida por él como un territorio personal, y la intervención de los padres en su mejora será cada vez menos bienvenida.
Edad escolar
Cuanto mayor se vuelve el niño, más fuerte se manifiesta su necesidad de espacio personal, donde pueda estudiar sin interferencias, donde pueda invitar amigos, simplemente estar solo.
En la adolescencia, la necesidad de una habitación separada se convierte en una necesidad, y los padres deben encontrar la oportunidad de asignar una habitación separada para el niño, incluso si esto no parece demasiado fácil. Entonces, si la familia vive en un apartamento de una habitación, sería razonable designar territorialmente el espacio en el que la persona en crecimiento se sentirá como un maestro.