Toda persona experimenta un sentimiento de miedo. Los sentimientos de ansiedad o miedo pueden ser de corta duración y ser el resultado de cualquier evento, pero en algunos casos puede convertirse en un compañero constante de vida y convertirse en una verdadera fobia. Los miedos de los niños son específicos. En ausencia de atención por parte de los padres a la ansiedad del niño, el miedo habitual puede conducir a la aparición de trastornos mentales no solo en el preescolar, sino también en la edad adulta.
La principal característica del miedo infantil es la escala de situaciones u objetos que pueden provocar ansiedad o pánico real en el niño. La fuente del miedo puede ser un objeto, un animal, una determinada atmósfera o entorno. En la mayoría de los casos, los propios padres provocan miedo en el niño al contar historias de miedo, asustar al niño con personajes de ficción y otras situaciones.
Las principales causas del miedo en un niño son:
- miedo, que es literalmente impuesto por los padres;
- miedo derivado de la constante humillación del niño por parte de los adultos;
- la presencia de un entorno familiar disfuncional;
- falta de atención de los padres al desarrollo del niño;
- cuidado excesivo del niño.
Todos estos factores casi siempre se convierten en los motivos de la aparición de miedos en los niños, convirtiéndose gradualmente en fobias. Por ejemplo, si un perro muerde a mamá o papá, esta situación se convierte en una advertencia constante para el niño. La psique del niño percibe al animal como una fuente de peligro y, al ver un perro, se produce un verdadero ataque de pánico. Se pueden observar situaciones similares con fenómenos naturales, otros representantes del mundo animal, así como insectos, reptiles y personas específicas (extraños o ancianos).
Los temores pueden surgir en los niños debido a la falta o el cuidado excesivo de los padres. En el primer caso, el niño se queda solo con sus ansiedades y las intensifica con la ayuda de su imaginación. En la segunda situación, los padres están tratando de proteger al niño de cualquier fuente de peligro, por lo que el bebé puede tener miedo de estar solo incluso por un minuto.
Si un niño le teme a la oscuridad, a los animales o encuentra otras fuentes de ansiedad, estas manifestaciones no deben ignorarse en ningún caso. De lo contrario, tendrá que tratar la psique del niño durante mucho tiempo. Si la corrección del miedo infantil no se puede llevar a cabo por nuestra cuenta, entonces es necesario buscar ayuda de especialistas.
