Ponte la chaqueta, vete a dormir, come: la respuesta del pequeño tirano es siempre "no" a cada una de estas propuestas. Pero es posible hacer frente a la oposición del niño.
Esta es una tediosa fase de oposición del desarrollo de los niños en la que parece que la única respuesta que conocen es solo dos letras. ¿Hay alguna manera de superar este período sin lastimarse?
Fase "no" en niños
Empiezas a entender cómo definir esta fase de eterno descontento. Este es el paso más importante en el crecimiento de un niño como persona. Este es el momento en que su hijo se da cuenta de que es más que su madre, que está solo. Entonces esta etapa, aunque tediosa, es fundamental para definir su identidad: hay que afrontarla y gestionarla, no negarla. No se debe culpar al niño: está estableciendo su propia forma de vida.
Hay motivos detrás de estos caprichos constantes. Un niño vive como investigador en un país desconocido: ve el mundo con sus propios ojos, pero emocional y cognitivamente no lo comprende. Así que se mueve por ensayo y error, explorando los límites y viendo hasta dónde puede llegar. Siente emociones, pero no sabe cuáles son, y trata de expresarlas lo mejor que puede.
Mantenga la calma
¿Qué hacer? Los expertos sugieren intentar mantener la calma lo máximo posible, y no subir el tono de voz, si esto no es estrictamente necesario y muy firme: lo bueno vale más que mil gritos. Está claro que todo esto es muy fácil de decir y de hacer más difícil, pero a veces se necesita muy poco para tratar de entender y escuchar a tu hijo: detente, recupera el aliento y sigue adelante. No existe una respuesta mágica que funcione para todos los casos.
Considere algunos ejemplos
Para facilitar la comprensión del tema, debe familiarizarse con ejemplos específicos:
"¡No quiero ponerme el abrigo antes de salir!"
En este caso, los padres deben explicar la utilidad de la ropa de abrigo y dar al niño la posibilidad de elegir entre dos chaquetas diferentes. Nunca más de dos, porque de lo contrario es confuso: para los niños, la elección es difícil.
"¡No quiero comer!"
El problema de la alimentación es un mundo aparte: puede rechazar la comida si el bebé no se siente bien, tiene fiebre o ha comido demasiado antes. El rechazo puede ser relevante durante la comida en sí: pueden comenzar a cocinar juntos, pida que lo pongan en la mesa.
"¡No quiero ir a dormir!"
Para hacer frente a este problema, debe evaluar el momento en que se produce el rechazo: en septiembre, ¿cuándo vuelve la escuela a la escuela? ¿Con motivo del nacimiento de un hermano pequeño? El padre debe intentar comprender las razones por las que el niño no quiere dormir y expresarlas con sus propias palabras, así como buscar posibles alternativas.