Casi el 50% de los recién nacidos tiene problemas con la alteración de la microflora intestinal, que puede manifestarse en forma de cólicos. Esto no solo preocupa al niño, sino que también interrumpe el estilo de vida normal de toda la familia.
Instrucciones
Paso 1
Tome medidas para prevenir o reducir la frecuencia e intensidad de los cólicos en su bebé. En primer lugar, intente averiguar la causa de su aparición. Es mejor que las madres que amamantan mantengan la calma, porque de lo contrario la ansiedad se puede transmitir a través de la leche materna, lo que puede aumentar la frecuencia de los ataques de cólicos.
Paso 2
Acueste regularmente al bebé boca abajo, esto contribuye a la rápida descarga de gases y heces. Masajee su abdomen o aplique un pañal tibio ligeramente calentado con una plancha.
Paso 3
Si el cólico persiste, cambie a medicamentos como Plantex, Espumisan, Subsimplex. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos remedios solo son efectivos en el momento del propio ataque de cólico, ya que contribuyen al debilitamiento de la tensión superficial de las burbujas de gas en el intestino, la posterior ruptura de las burbujas de gas y su eliminación. Es decir, no pueden servir como agente profiláctico y se administran al bebé solo en el momento de los ataques de cólicos. Estos medicamentos son excelentes si la causa de los cólicos es una mayor producción de gas.
Paso 4
Además, para prevenir los cólicos, controle cuidadosamente la regularidad de las evacuaciones intestinales del niño. En caso de que esté ausente durante un día o más, utilice un tubo de gas o un enema. No tenga miedo de este procedimiento, el niño se sentirá mejor inmediatamente después de él.
Paso 5
Cuando estas medidas no ayuden, compre tés carminativos para bebés en la farmacia. El té con frutas y aceite de hinojo es especialmente efectivo, cuyo uso tiene un efecto beneficioso sobre la microflora intestinal del niño, previene el desarrollo de espasmos, mejora la peristalsis normal y promueve el paso de gases y heces.
Paso 6
Recuerde, la naturaleza de alimentar a un bebé afecta significativamente el estado de la microflora intestinal, así como su digestión. Es mejor alimentar a los bebés con alimentación artificial con mezclas que contienen prebióticos y que tienen un efecto positivo en la formación de una digestión cómoda. Los bebés amamantados tienen menos probabilidades de sufrir cólicos si la madre está a dieta.