Los principales componentes de la leche materna son las proteínas, las grasas y los carbohidratos. Además, se encuentran en un equilibrio ideal para la asimilación por parte del cuerpo del niño. Estas sustancias ayudan a su bebé a crecer fuerte y saludable.

Proteína
Son una especie de ladrillos, gracias a los cuales el niño gana altura y peso de manera tan intensa en el primer año de su vida. La leche materna contiene principalmente proteína de suero y caseína. Otro componente importante de la leche materna son los aminoácidos. Los más valiosos son la taurina (mejora el funcionamiento del sistema nervioso) y la lactoferrina (ayuda a la absorción completa del hierro e inhibe el crecimiento de patógenos).
Grasas
Las grasas son una fuente de fuerza para las migas. El colesterol de la leche materna afecta activamente el desarrollo del cerebro, ayuda a sintetizar hormonas y vitamina D. En los primeros meses, la leche materna contiene mucha grasa, luego su cantidad disminuye significativamente.
Carbohidratos
En la leche materna, los carbohidratos están representados por lactosa. Este es el azúcar de la leche que, cuando se descompone, se convierte en enzimas: glucosa y galactosa. La lactosa ayuda al crecimiento de materia gris en el cerebro y estimula el crecimiento de bacterias beneficiosas en los intestinos del bebé (por lo tanto, los bebés amamantados tienen menos probabilidades de sufrir trastornos gastrointestinales y de heces).
Minerales, vitaminas, inmunoglobulinas
La leche materna contiene hierro, manganeso, cobre, calcio, fósforo, vitaminas A, B, C, D, etc. Todos ellos se encuentran en una proporción armoniosa para su mejor asimilación. Otro componente importante de la leche materna es la inmunoglobulina lisozima. Destruye los microorganismos dañinos en la boca y los intestinos de las migas.
Hormonas
Hay más de 20 hormonas diferentes en la leche materna. Los más importantes son: oxitocina (responsable del estado psicoemocional), prolactina (afecta el desarrollo de la glándula pituitaria), insulina (regula el azúcar en sangre del niño), hormonas de crecimiento. Todos ellos afectan activamente el metabolismo, ayudando al bebé a crecer y desarrollarse correctamente.