Tienes un bebé. Ahora tienen mucho tiempo para pasar juntos. Los primeros 30 días son un período de especial responsabilidad, el más emocionante, esperado y conmovedor.
Finalmente, tuvo lugar su reunión con el niño. Una nueva vida, una nueva persona, un nuevo personaje ha aparecido en tu hogar. Entonces, ¿qué debe tenerse en cuenta para que la reunión de un nuevo miembro de la familia suceda con alegría, despreocupación y felicidad?
Durante las primeras 4 semanas, hay un conocimiento del mundo exterior. El recién nacido se acostumbra al entorno en el que va a vivir, se adapta a nuevos sonidos y sensaciones. Durante este período de la vida, es muy importante regular el sueño y la alimentación del bebé. Un recién nacido pasa hasta 20 horas al día en un sueño. Durante el primer mes, el bebé crecerá unos 3 cm y ganará unos 300 g de peso Obviamente, para alimentar al bebé, la mejor opción es la leche materna. Cuando la madre no tiene suficiente leche, debe consultar a su médico para obtener recomendaciones sobre cómo estimular la lactancia.
Por parte del desarrollo del sistema nervioso, ayudarán los reflejos innatos. Algunos de ellos desaparecerán en el proceso de crecimiento, otros se convertirán en reflejos adquiridos. En el primer mes, el bebé tiene 7 reflejos:
- agarrar (se puede observar al acariciar la palma, el niño intenta, por así decirlo, sostener todo lo que tiene en la mano);
- buscar (el bebé se vuelve, si le toca la mejilla, como si buscara un pecho);
- chupar (se manifiesta si sostiene un pezón cerca de los labios);
- Reflejo de Mora (el niño abre brazos y piernas en respuesta a un sonido fuerte);
- Reflejo de Babkin (al presionar la palma del niño, gira la cabeza y abre levemente la boca);
- reflejo de natación (que se manifiesta cuando se acuesta al bebé boca abajo, el bebé hace movimientos similares a la natación);
- reflejo de caminar (mientras lo sostiene debajo de los brazos, el bebé realiza movimientos similares a los de caminar).
En el primer mes de vida, los recién nacidos desarrollan activamente los órganos de los sentidos. El niño puede observar al sujeto. Por ejemplo, si un niño se acuesta boca arriba y le muestra un juguete o sonajero brillante, mientras lo mueve muy lentamente, el bebé fija su mirada en él. Hacia la cuarta semana de vida, los movimientos de los globos oculares se vuelven cada vez más coordinados.
Durante la segunda semana de vida, el bebé ya reacciona a varios sonidos. Su pequeño reaccionará a un sonido inesperado estremeciéndose o parpadeando.
Y al final de las 4 semanas de vida, el niño puede reaccionar ante sus padres, ¡puede sonreír! Lo más probable es que la primera sonrisa de su bebé sea su respuesta a su trato afectuoso o caricia.
Cuanto más pronuncies palabras cariñosas y amables dirigidas al niño, antes te corresponderá. Es muy importante en la familia tener y mantener un trasfondo positivo de sus emociones en todo momento. En familias emocionalmente seguras, es mucho más fácil para un niño crecer como una persona equilibrada y segura de sí misma.