El problema de los padres y los hijos siempre ha preocupado a los padres, pero este problema es especialmente agudo durante la adolescencia. En este momento, como saben, hay un cambio de autoridad; la opinión no de mamá y papá, sino de amigos y compañeros, es importante para el niño.
Otro problema es una visión diferente del propio adolescente: si bien se considera un adulto independiente, para los padres sigue siendo un niño que necesita ser controlado y protegido.
Para llevarse bien con un adolescente, un adulto debe mostrar comprensión y paciencia. Es importante darse cuenta de que un adolescente ya es una persona más o menos independiente que es capaz de tomar decisiones y ser responsable de sus acciones. Esto no significa que deba ser complacido con todo y darle total libertad de elección. En este caso, la tolerancia debe mostrarse, sin embargo, dentro de límites razonables.
También vale la pena mostrar más interés por los acontecimientos que tienen lugar en la vida de un adolescente. Sin embargo, esto no significa que deba ser entrometido, basta con demostrar que el niño no está solo y que es importante que los padres participen en su vida.
Para cada persona en la vida, su propia experiencia es muy importante. No debes controlar al adolescente en todo, debes permitirle que cometa sus propios errores y aprenda de ellos. Las situaciones son diferentes y nadie sabe cómo actuaría el padre en este caso.
Un adolescente ya no es un niño, pero aún no es un adulto, por lo que hay que tener en cuenta que en cualquier caso necesita apoyo y protección de las personas más cercanas a él.
