Tres años es la edad en la que un niño comienza a sentirse como una persona individual e independiente. Tiene sus propios deseos, que en ocasiones no concuerdan con la opinión de sus padres, lo que puede provocarle irritación e incluso rabietas. Además, a esta edad, los niños todavía no pueden expresar sus deseos con palabras y están molestos por esto, lo que también les lleva a llorar y gritar.
¿Por qué el niño hace berrinches?
Un niño de tres años puede tener rabietas por muchas razones.
Primero, los niños de esta edad ya se han dado cuenta de que no son uno con su madre, que son individuos separados e independientes. Tienen sus propias necesidades, y como los niños pequeños no saben esperar y aún no han desarrollado la paciencia, comienzan a exigir que sus deseos se cumplan ahora mismo y, habiendo recibido una negativa, se enfadan mucho y hacen un berrinche..
En segundo lugar, a pesar de la independencia, los niños de tres años quieren que sus padres muestren con la mayor frecuencia posible su amor, que antes parecía incondicional; ahora necesitan hechos y acciones, y los niños aún no pueden considerar las palabras y expresiones de cariño como amor.
En tercer lugar, ya saben realizar acciones básicas: caminar, hablar, vestirse, comer, pero aún tienen pocas oportunidades. Por lo tanto, a menudo surgen temores de que lo dejen solo, de que lo abandonen. Todos estos sentimientos son demasiado complicados y complejos para expresarlos con palabras, y el niño se enoja, grita, llora y hace berrinches.
A veces el niño sabe que las rabietas le ayudan a conseguir su objetivo y aplica este método si quiere un juguete nuevo, caramelos, ver dibujos animados o incluso jugar, en cuyo caso este es un método de manipulación que no debe fomentarse. Y en muchos casos, los niños simplemente aún no saben cómo controlar sus emociones negativas y mostrarlas de esta manera, en forma de rabietas.
¿Qué hacer en caso de histeria?
En primer lugar, cuando y donde sea que ocurra una rabieta con su hijo, mantenga la calma y no pierda los estribos. No trates de calmarlo con convicciones, ni lo detengas con gritos o prohibiciones. Es aconsejable no reaccionar de ninguna manera ante manifestaciones violentas de emociones, o intentar abrazar y abrazar al niño si la histeria se ha vuelto incontrolable. Al mismo tiempo, dígale palabras dulces y consuélelo.
Algunos psicólogos aconsejan ir a otra habitación y dejar al bebé solo; si fue solo una manipulación astuta, se calmará rápidamente. Pero con una verdadera histeria, el niño puede asustarse cuando no hay nadie, por lo que es mejor estar ahí y esperar hasta que las emociones se calmen.
En ningún caso, no haga concesiones, incluso en público, cuando el niño exija algo; comprenderá rápidamente que así es como puede establecer sus propias condiciones. Los padres deben tener control sobre la situación. Si el bebé comienza a comportarse de manera demasiado violenta, debe ser llevado a un lugar más seguro.
Después de una rabieta, hable con su hijo con calma, trate de expresarse con palabras, por lo que estaba molesto, para que comprenda que esta es una forma más efectiva de expresar sus deseos.