Con la llegada de un niño, la vida de la familia cambia drásticamente, y estos cambios no siempre ocurren sin problemas: a menudo, después del nacimiento de un bebé, comienzan a surgir conflictos entre los cónyuges.
La depresión posparto es una de las principales causas de conflicto
En los primeros meses después del nacimiento de un niño, los conflictos entre los nuevos padres a menudo ocurren debido a la depresión posparto que experimenta la madre. La depresión posparto, como trastorno psicológico, se ha mencionado hace relativamente poco tiempo. Nuestras madres y abuelas, muy probablemente, ni siquiera se enteraron, aunque probablemente lo experimentaron en sí mismas. La depresión posparto no es un capricho ni una manifestación del mal carácter de una madre joven, sino un estado fisiológico del cuerpo provocado por cambios hormonales.
La principal diferencia entre la depresión posparto y la depresión común es que conduce a depresión, llanto, ansiedad, etc. se suma la agresión. Una mujer en este estado puede perder los estribos fácilmente: gritar, decir cosas desagradables e incluso saltar con los puños. Los conflictos familiares comienzan a suceder cada vez con más frecuencia. De hecho, esto es solo un eco del antiguo instinto de proteger a su descendencia, que se despierta después del parto. En tal situación, el padre del niño y otras personas cercanas deben mostrar paciencia y moderación: cuando el trasfondo hormonal de la joven madre vuelva a la normalidad, se calmará y volverá a ser la misma que antes.
Celos infantiles
En los primeros meses de vida, el bebé y la madre están fuertemente unidos entre sí, especialmente si la mujer está amamantando. Alimentarse, caminar, bañarse, acostarse: todo esto consume la mayor parte del tiempo y la energía de la madre. Al mismo tiempo, el padre del niño puede sentirse abandonado e innecesario. A nivel subconsciente, persisten los celos y el resentimiento, que encuentran una salida a través de los conflictos. El esposo puede presentar abiertamente quejas a su esposa. La esposa, a su vez, señala con razón que no se la puede desgarrar, que su esposo es un niño grande y que puede cuidarse a sí mismo.
En tal situación, será útil compartir las responsabilidades del cuidado del niño. Por ejemplo, papá puede hacerse cargo de las caminatas nocturnas y el baño del niño. En este caso, mamá tendrá 1, 5-2 horas de tiempo libre, durante las cuales tendrá tiempo para preparar la cena, ordenar la casa o simplemente relajarse. Los conflictos por un hijo serán menos comunes si cada cónyuge hace su propia contribución al cuidado del bebé.
Diferentes enfoques de la educación
Cuando un niño comienza a crecer, aparecen nuevos conflictos en la familia, basados en diferentes enfoques de la educación. Por ejemplo: papá regaña en voz alta y le da una palmada en el trasero al hijo culpable, que está a punto de llorar. El corazón de la madre se rompe por tal imagen y ataca a su esposo con acusaciones de crueldad. No solo ocurre un conflicto, sino que también el niño ve una inconsistencia en el comportamiento de los padres. En lugar de darse cuenta de que estaba equivocado y aprender una lección, se ofende con su padre. Lo mejor para el niño es que los padres se adhieran a la misma línea de crianza. Para hacer esto, los cónyuges deben acordar inicialmente cómo reaccionar ante las acciones del bebé, por qué deben regañar, cómo castigar, cómo alentar, etc., cualquier desacuerdo con respecto a los métodos educativos debe resolverse solos sin el niño.