Incluso la persona más cercana puede parecer una criatura de otro planeta, si es un hombre. El malentendido que separa al sexo más débil del más fuerte a veces parece abrumador. Sin embargo, no debe culpar solo a los hombres por esto. Quizás no sea una falta de elocuencia, sino el hecho de que las mujeres no escuchan correctamente.
Instrucciones
Paso 1
Evalúe las palabras del hombre con razón, no con sentimientos. En otras palabras, piense en "qué" dice, no en "cómo". Las mujeres perciben el mundo de manera intuitiva y al describir personas y eventos, hablan en primer lugar de emociones vividas, experiencias vívidas. No espere esto de los hombres. Suelen construir lógicamente un mensaje, justificar su opinión, explicar las razones y dar ejemplos. Al concentrar toda la atención en el contenido del discurso, el interlocutor puede descuidar la forma, lo que hace que sus palabras suenen secas e inexpresivas, lo que no expresa en absoluto una opinión negativa sobre usted personalmente.
Paso 2
Pide un ejemplo. Lo que pasa por la cabeza de otras personas es un misterio. Y solo podemos adivinarlo mediante signos y signos indirectos, tratando de encontrar la clave de la forma de pensar de otra persona. No dude en volver a preguntar si el discurso del hombre parece confuso. Haga preguntas directas sobre lo que parecía poco claro en dicha frase. Preguntar en voz baja y "desde lejos" puede llevar al hecho de que el significado de la conversación se les escapa a ambos. Los hombres piensan de manera concreta, por lo que les es más fácil explicar todo con el ejemplo.
Paso 3
Analiza no solo palabras, sino también acciones. No todos los hombres pueden o consideran necesario expresar sus sentimientos o deseos sin rodeos. Siempre preste atención cuando cambie el comportamiento de un hombre. Un elogio inesperado por su arte culinario en la cena o una camisa cuidadosamente metida en el armario por primera vez puede significar el mismo "lo siento" que ha estado esperando una semana después de una pelea desagradable.
Paso 4
Aprenda a escuchar a otras personas. Piense en la frecuencia con la que surgen malentendidos entre usted y sus amigos, compañeros de trabajo. Escuchar y oír son habilidades diferentes. No todas las personas los poseen por igual. Si durante una conversación estás constantemente esperando tu turno para hablar o estás pensando en la siguiente frase ingeniosa en tu cabeza, tu interlocutor no tiene ninguna posibilidad de ser comprendido.
Paso 5
Si duda de haber entendido correctamente a un hombre y le da vergüenza pedirle una aclaración, acuda a otro hombre, a quien conoce bien. Un padre, hermano, esposo o amigo de la escuela puede ayudarte a comprender mejor lo que quiso decir tu misterioso amigo.