Según las estadísticas oficiales, a veces los niños del primer año de vida, que se dejan solo un minuto desatendidos, pueden sufrir una lesión grave en la cabeza al caerse de un sofá, cambiador o levantarse de una cuna o cochecito. No existe un marco de tiempo claro y general en el que los niños puedan comenzar a darse la vuelta y gatear, por lo que una caída puede ocurrir a edades muy diferentes, desde un mes hasta un año.
Características de las lesiones en la cabeza en niños del primer año de vida
La lesión cerebral traumática es una lesión mecánica tanto de los huesos del cráneo como de sus estructuras internas (cerebro, vasos sanguíneos, nervios o meninges). La sintomatología de este tipo de trauma en los niños del primer año de vida es muy diferente a los procesos que ocurren en los pacientes adultos. Esto se debe a una serie de características:
- el proceso incompleto de osificación del cráneo en los niños: los huesos del cráneo son bastante plásticos, son flexibles, las articulaciones entre ellos están sueltas;
- Tejido cerebral inmaduro, en el que aún no se ha completado la diferenciación de las estructuras de los centros nerviosos y la circulación cerebral.
Por lo tanto, por un lado, el tejido cerebral en los niños se distingue por grandes capacidades compensatorias: tienen un llamado margen de seguridad más alto, cuando un cráneo de plástico y un cerebro saturado de líquido absorben el impacto. Sin embargo, por otro lado, debido a la inmadurez del tejido cerebral, las lesiones pueden provocar alteraciones en el desarrollo de sus estructuras, provocando problemas en el desarrollo mental o emocional en el futuro.
Qué hacer después de que el bebé ha caído desde una altura
Muchos padres se enfrentan a una situación en la que su hijo se cae al suelo desde la cama. Es bueno que el bebé haya aterrizado sobre una alfombra suave y la altura de la cama o el sofá no sea significativa. Sin embargo, incluso en este caso, existe el riesgo de lesión en la cabeza. Para descartar lesiones graves en la cabeza, vale la pena observar al niño durante un tiempo.
Las recomendaciones después de caerse de la cama son bastante universales: si se producen cambios bruscos en el comportamiento del bebé, el niño no puede calmarse y claramente siente dolor, debe buscar ayuda médica de inmediato. Los expertos tienen prisa por recordar: en el caso de los niños pequeños, es mejor volver al hospital para diagnosticar a tiempo o, por el contrario, excluir una lesión en la cabeza. Después de tales incidentes, es posible que deba consultar a un neuropatólogo, traumatólogo o neurocirujano pediátrico.
Si hubo algún intervalo entre la caída y el llanto del niño (de un minuto a varios), esto puede indicar una pérdida del conocimiento, que a su vez puede ser un signo de una contusión cerebral. En este caso, los adultos deben llamar a un médico de inmediato. Los vómitos o los eructos excesivos también son un síntoma importante, que también pueden indicar una lesión grave.
Así, los expertos no dejan de recomendar que los padres se pongan en contacto con especialistas después de que un niño se caiga de la cama. Puede llamar al equipo de ambulancia a casa; después del examen, los profesionales decidirán si vale la pena llevar al niño al hospital para un examen más completo o si no hay motivo de preocupación. Los padres que tengan esa oportunidad pueden llevar al bebé a una institución médica para consultar con un traumatólogo o neurólogo a fin de eliminar el riesgo de lesiones en el cráneo y el cerebro.