Una mujer enamorada puede sufrir durante meses, preguntándose cómo la trata un hombre, si quiere tener relaciones sexuales con ella. Para responder a esta pregunta, basta con observar a su ser querido. Sus gestos, voz, ojos: todo está listo para contar pensamientos y deseos.
Gestos
Cuando aparece una persona sexualmente atractiva, un hombre se transforma dramáticamente. Endereza la espalda, encoge el estómago, intenta mostrarse desde el lado más ventajoso. En este momento, el hombre parece estar preparándose para saltar sobre la "víctima", incluso notándose visualmente lo tenso que está.
El interés sexual también se ve traicionado por el acicalamiento inconsciente. El representante del sexo más fuerte comienza a alisar su cabello, ponerse la chaqueta, el suéter, alisar el cuello de la camisa, etc. Un hombre en presencia de una mujer que le interese puede poner sus pulgares detrás de su cinturón o de los bolsillos de sus jeans. Este gesto dice que está listo para tener relaciones sexuales con una dama.
Deseo de mirada y comportamiento de conversación
Una mirada puede decir mucho sobre la excitación sexual de un hombre. Si, al hablar con una dama, los ojos del interlocutor parecen nublados, las pupilas están dilatadas, está sexualmente excitado. Un hombre también puede "desnudar" a una mujer con una mirada, mientras examina cuidadosamente a la dama de arriba a abajo y de espaldas. Se puede observar una mirada más sincera si una mujer tiene un escote ancho o ropa ajustada. Durante una conversación, ¿un hombre deja a menudo su mirada en los labios del sexo justo? Ya imagina sus besos en su cuerpo.
Si, al hablar con una mujer, un hombre comienza a hablar con voz ronca, hace que su voz se apague, coquetea y derrama cumplidos, espera un desarrollo más cercano de las relaciones. Algunos miembros del sexo más fuerte no pueden contener la respiración al mismo ritmo, se vuelve más frecuente y superficial, como la de una persona preocupada. Cuando el interlocutor comienza a responder a los coqueteos del chico, puede ir más allá y volverse más atrevido. Por ejemplo, un hombre toca casualmente a una mujer, le ofrece su chaqueta, suéter o le toma la mano y la acaricia. Tales gestos indican que toda su atención está centrada solo en el interlocutor y ya no la dejará sola en un futuro próximo.
Los chicos reservados se comportan modestamente con las chicas. Pero incluso por sus gestos, se puede entender la actitud hacia el interlocutor. Si, al hablar con ella, repite exactamente los movimientos, es decir, espejos, el chico está interesado en una relación con la dama, está completamente en su poder. Una niña, por ejemplo, puede sacar su teléfono para ver cuánto tiempo hará lo mismo el interlocutor. Ella se alisará el cabello, él repetirá después de ella, etc. Incluso un chico modesto le habla con todo el cuerpo a su amada sobre el deseo, se vuelve hacia ella con el pecho, sus movimientos son abiertos, como si un chico se estuviera preparando para un abrazo.