El afecto es simpatía y afecto sincero por una persona, que a menudo se expresa en la necesidad de pasar tiempo juntos constantemente. El apego en sí mismo no es un sentimiento serio, pero puede convertirse en amor. Sucede que el apego es consecuencia del amor entre personas. También sucede que la gente confunde el apego con el amor.
¿Qué tipo de apego hay?
El afecto es uno de los primeros sentimientos que tiene una persona. Ciertos objetos o personas lo hacen sentir tranquilo y seguro desde la primera infancia. Entonces, ya en los bebés, se forma el apego a los padres, hermanos o hermanas, los juguetes.
Para comprender cómo surge el apego, es útil averiguar qué tipos de apego ocurren. El apego, que surge inevitablemente durante la amistad o el amor, se considera normal. Se caracteriza por el hecho de que una persona se sienta bien con el objeto de cariño, busca pasar más tiempo con él. Al mismo tiempo, una persona no se asocia con aquel a quien está apegado. Al despedirse, no hay "pérdida de uno mismo", aunque se puede sentir tristeza, tristeza, melancolía. En general, los sentimientos pueden ser muy fuertes, pero no hay rabietas ni depresión.
También existe un apego emocional doloroso, en el que una persona no piensa en sí misma sin el objeto del apego. Si hay una amenaza de separación, se siente extremadamente mal, se manifiesta inestabilidad mental y depresión. Siempre que el objeto de apego esté cerca, puede ver signos de comportamiento egoísta, como los celos. Un apego demasiado fuerte es doloroso, siempre hace infeliz a una persona, sin importar si la persona a la que está apegado está a su lado o no.
El surgimiento del afecto
La formación del apego es un proceso natural para los seres humanos, que se ha desarrollado durante la evolución. Es sobre el apego que se construyen las relaciones sociales entre las personas, porque de lo contrario ningún beneficio de la convivencia evitaría que los individuos en guerra se dispersen.
El apego se forma a través de reacciones complejas, neurobiológicas, psicológicas y químicas. Comienza con el hecho de que las personas entienden que están interesadas y son buenas juntas. Intentan encontrarse con más frecuencia, y cada vez más están conectados: ahora no se trata solo de intereses comunes o de los personajes en común, sino también de los eventos que vivieron juntos.
Las personas que contribuyen al surgimiento de emociones positivas siempre le parecen necesarias a una persona. Si se siente feliz con alguien, tratará de estar con él con la mayor frecuencia posible. A esto se le llama apego.
Pero sucede que una persona se subestima a sí misma. Debido a la baja autoestima y las dudas sobre sí mismo, piensa que el objeto de afecto no querrá quedarse ni salir con él. Luego trata de "defenderse" volviéndose más apegado, poniéndose celoso y haciendo otras cosas que en realidad solo alejan a las personas unas de otras. Así es como se forma un apego doloroso, que debe trabajarse con un psicólogo: esta es una condición poco saludable.