El orgasmo femenino es un concepto efímero interesante, todos intentan lograrlo, pero no todos lo logran. En las hembras, ocurre con cada relación sexual, a diferencia de las mujeres.
La mayoría de las mujeres experimentan el orgasmo no siempre y con gran dificultad. Los hombres tienen que trabajar duro, pero el problema es que no comprenden la naturaleza del orgasmo femenino. En primer lugar, el orgasmo femenino se divide en: clítoris, vaginal, uterino, anal y oral.
- El clítoris es un órgano a través del cual una mujer puede comprender cómo se siente un hombre. Cuando se estimula el clítoris, la excitación aumenta, alcanza su punto máximo, entra en una descarga emocional y armoniosa, y luego, durante algún tiempo, la mujer se siente satisfecha. Según las estadísticas, el 70% de las mujeres pueden experimentar este tipo de orgasmo, se siente similar al orgasmo masculino. Una nota breve: el sex shop vende mariposas del clítoris que vibran, dando placer a las señoritas.
- El orgasmo vaginal se produce sin explosiones, salpicaduras y posterior relajación. Este es un tipo de sentimiento completamente diferente. Primero, la emoción está ganando lentamente, luego hay una meseta de estabilidad y luego, la emoción se desvanece. Este tipo de orgasmo lo experimenta aproximadamente el 20% de las mujeres.
- En cuanto al orgasmo uterino, es un tipo animal instintivo. Con él, el útero se contrae y su cuello uterino expulsa un tapón mucoso. Por lo general, ese orgasmo ocurre en las mujeres si el hombre tiene una gran dignidad. Solo el 10% de las mujeres experimentan orgasmos uterinos.
- Orgasmo anal: con cierta forma de relajación, tanto mujeres como hombres pueden experimentarlo. Pero ese es otro tema de discusión.
- El orgasmo oral tiene un mecanismo psicológico, no está claro dónde está, pero surge y avanza por todo el cuerpo, es decir, es la reacción general del cuerpo hacia esta pareja.
La mayoría de las veces, para una mujer, los movimientos bruscos e intensos de un hombre parecen groseros. Si pellizca, muerde, aplaude a su pareja y ella no estará psicológicamente sintonizada con esto, significa que no podrá relajarse y, en base a esto, no experimentará un orgasmo. Por lo tanto, la pareja necesita aprender a revelar sus preferencias sexuales a través de un diálogo honesto, ya que tanto las zonas erógenas como la psicología cambian con los años.