Cada madre se encarga de la correcta nutrición del bebé. Cuando el niño se niega a comer algo, la madre inmediatamente comienza a enojarse y obliga al niño a comer el plato propuesto. Esto da el resultado contrario: en esta ocasión comienzan los escándalos, aunque la comida debe complacer al bebé. Hay varias soluciones a este problema.
Puede darle a su hijo una opción. Deje que él decida cuándo comer, ahora o más tarde. La promesa del apetito: una persona ingiere alimentos tan pronto como comienza a sentir hambre. Usted se sienta a la mesa, comienza a comer con placer y el niño, al ver esto, decide por sí mismo si cenar o no. Anteriormente, puede recordar que la elección es suya, pero además nadie lo cubrirá. El niño decidirá por sí mismo si necesita comida y cuánto comer.
Es importante recordar y saber que el niño debe seguir sus propios sentimientos de hambre y no obedecer su idea.
La teoría de que la única opción de alimentación saludable son tres comidas al día es totalmente errónea. Quizás sea mucho más cómodo para el niño comer un par de veces de alimentos saludables: nueces, queso, verduras.
Hay pequeños trucos que puede utilizar para aumentar su apetito. Ofrézcale a su hijo una manzana rallada media hora antes de la comida, lo que provoca secreción gástrica y aumento del apetito. Para este propósito, son adecuadas las manzanas enteras, los arándanos y los arándanos rojos.
Con la perseverancia, aún no logrará nada, por lo que el niño resolverá de forma independiente los problemas emergentes. Cuando obliga a su hijo a comer algo, puede terminar abandonando este producto para siempre. La resistencia es directamente proporcional a la persistencia.