Paradójicamente, las peleas ayudan a los amantes a fortalecer su relación, agudizar los sentimientos y apreciarse más el uno al otro. Pero cada vez existe un gran riesgo de que la separación sea la última.
El resentimiento tiene varias etapas. Como muy pronto, la gente no quiere escucharse ni escucharse entre sí. Todo lo que se necesita para no romper la madera es dispersarse en diferentes rincones. Quizás incluso viva por separado. Está bien no hablar. Comunicarse al principio con notas y SMS también es normal. El acercamiento natural después de una discusión debe ser gradual. En esta etapa, no puedes comportarte con rudeza, invadir tu espacio personal y mostrarte desde un lado agresivo. Llamadas borrachas, amenazas, coqueteo con su mejor amiga con la esperanza de provocarle celos no solo alienarán a la amada, sino que también provocarán su ira y deseos de venganza. Aquí se puede utilizar cualquier cosa. Y daños a las cosas, y la filtración de fotos incriminatorias en Internet, y chismes sucios. No es de extrañar que William Shakespeare dijera que la peor furia del infierno no se puede comparar con una mujer ofendida. Si un hombre quiere la paz, no debe encender el fuego de la guerra. Cuando el fervor emocional se desvanezca, será el momento de pensar en ti mismo, en las relaciones y en cómo seguir viviendo. Por lo general, las niñas experimentan melancolía, resentimiento y culpa en esta etapa. Empiezan a aburrirse, se sienten abrumados por el deseo de hablar y hablar. Lo peor de todo es que la niña guarda silencio o evita la comunicación incluso entre tres y cinco días después de la pelea. Esto es depresión, y la niña en este estado no está interesada en nada. En este momento, la relación está más cerca que nunca del colapso. En esta etapa, vale la pena mostrarse como una persona sensible, emocional, que se ha dado cuenta de su error (aunque no existiera, esto ya no preocupa a nadie) y está listo para corregirlo. Una conversación suave e íntima puede ayudar a entablar relaciones. Y el motivo de la conversación será un gesto romántico, que depende de las capacidades financieras y la imaginación del joven. Un impulso que cambiará las actitudes puede ser una banal pintura blanca sobre el asfalto, un número musical con una serenata y un obsequio con una cálida carta adjunta. Después de la reconciliación, se establece una etapa de euforia que puede durar desde varios días hasta dos o tres meses. Depende del temperamento de los amantes. Las personas coléricas se pelean más a menudo, pero rápidamente regresan a sus posiciones originales. Las personas flemáticas acumulan resentimiento durante mucho tiempo y experimentan más tiempo, después de la reconciliación necesitan mucha ternura y cuidado. Las personas sanguinarias están más dispuestas que otras a escuchar los argumentos de la razón. Pueden hacer las paces simplemente porque es necesario: por un hijo común, espacio vital, obligaciones previamente asumidas. No creas que un hombre, que se disculpa primero, se siente humillado. Él es solo el primero en tomar el control de la situación, inclina a la niña a las condiciones que él mismo expresa. Es el hombre-pacificador que demuestra su carácter noble, su generosidad y muestra sabiduría, ya que el deseo de preservar las relaciones es símbolo de una persona madura y completa.