A menudo, los padres, tratando de calmar a un niño que llora, lo toman en sus brazos y lo cargan, lo sacuden y lo entretienen. Si bien el niño es pequeño, este método está justificado: el bebé debe sentir el calor y el cuidado de sus seres queridos. Pero si un niño adulto exige que lo recojan, esto ya es una falta de independencia.
Instrucciones
Paso 1
No se deje engañar por los caprichos y las rabietas infantiles. El niño debe aprender a divertirse solo, a afrontar las emociones y las experiencias. Establezca una cierta rutina diaria y sígala estrictamente: el bebé debe entender que en algunas horas mamá o papá siempre juegan con él, le prestan atención, pueden acariciarlo y hacer algo interesante. También debe aceptar claramente la necesidad de dormir durante el día y la noche, bañarse, comer, etc. Si un niño requiere atención y usted está ocupado en este momento, debe decírselo y no precipitarse al primer llanto, agarrarlo en sus brazos y entretenerlo. El niño aprende a controlarte a través de caprichos, así que trata de no sucumbir a sus acciones.
Paso 2
Intenta mecerlo con menos frecuencia. Si un niño se duerme en sus brazos, entonces, después de despertarse, puede tener miedo de lo que hay en un lugar diferente, en un entorno diferente. Enséñele a su bebé que desde que nace duerme en su cuna; usted puede sentarse a su lado, balancear la cuna y sujetar al bebé por el asa.
Paso 3
Cree las condiciones de sueño más cómodas para su bebé. Si hay una luz de noche encendida en su habitación, entonces debería estar silenciada. Pero es mejor enseñarle al niño a dormir sin luz. Luego, por la tarde, cubriendo las cortinas, le darás al bebé una señal de que es hora de irse a la cama. Además, en una habitación oscura, los niños se calman y se duermen más rápido.
Paso 4
Sepa cómo distinguir el llanto verdadero de los caprichos. Un niño puede llorar cuando tiene hambre, tiene algo de dolor, tenía miedo, se mojó los pantalones, etc. En estos casos, debes, en primer lugar, satisfacer las necesidades del bebé, mientras puedes levantarlo. Detenga los caprichos de inmediato: si el niño está aburrido, ofrézcale un juguete, sacuda la cuna, déle la vuelta del otro lado, etc. Aprenda a comunicarse sin tener que cargar constantemente a su bebé en sus brazos: colóquelo en una colchoneta en desarrollo, encienda juguetes musicales, llévelo por la casa en un cochecito. Si está en la cocina, coloque una silla de bebé o una tumbona en la habitación; el bebé lo verá, sentirá que está allí y podrá seguir con sus asuntos. Enseñe gradualmente a su hijo a jugar de forma independiente para que no se sienta excluido y rechazado.