Si tu pequeño ha decidido que es mucho más agradable caminar a caballo y su peso se ha duplicado desde que nació, es muy posible que no quieras salir voluntariamente. No todas las espaldas pueden soportar tales hazañas. Intentemos averiguar cómo ser.
Hay al menos tres formas para aquellos cuya silla de ruedas ha caído en desgracia:
1. Enseñarle de forma amistosa.
2. Ignore el llanto y continúe.
3. Utilice otras ayudas para caminar.
Consideremos cada uno de ellos con más detalle.
1) De manera amistosa: esto no hace llorar al niño. Si no eres partidario de “llorar-cálmate-hacer pis menos”, entonces no podrás caminar con cara de felicidad al llanto acústico de tu bebé. Esta tortura puede parecerle más aterradora que llevarla puesta en la espalda durante ocho horas.
- Camine bien alimentado y de buen humor. Cuanto mejor sea el bienestar del niño, mayores serán las posibilidades de éxito.
- Ármate con tus juguetes, pezones, mordedores favoritos. Distraerán de los caprichos.
- También en el arsenal de muchas mamás que usan galletas saladas, bizcochos, galletas u otros alimentos mientras caminan. Tenga en cuenta que debe haber suficientes bocadillos para el viaje.
Experimente con la postura del cochecito de bebé. Quizás no le guste montar tumbado o, por el contrario, está cansado de estar sentado. Intente rodar el cochecito de cara y en sentido contrario a usted. A algunos niños pequeños les gusta viajar acostados boca abajo. ¿Por que no?
- Ocurre que la situación se corrige cambiando el cochecito. En uno era incómodo, volvían a aparecer asociaciones desagradables, y en el otro se volvía bueno y cómodo. Si puede, intente ensillar su nuevo cochecito.
Lo más importante es que si quieres caminar sobre ruedas, no te rindas sin luchar. Sienta al niño, llévalo hasta que se calme y prueba todos los métodos anteriores antes de levantarlo. Detente, pon un juguete en tus manos, dale un chupete, sonríe y continúa tu caminata.
2) Si crees que llorar es pura manipulación, puedes ignorar los caprichos por un tiempo. Los partidarios experimentados de este estilo de educación argumentan que el niño aprende una lección: "llora, no llores y no me sacarán del cochecito". La primera vez no será fácil, y es una lástima escuchar y la gente que te rodea te mira con extrañeza, pero luego no da miedo salir a caminar.
- No saque al bebé del cochecito por cada chirrido. Espere a que se calme y solo entonces sáquelo para que lo alimente o se cambie de ropa.
- Para calmar los gritos, puedes agitar el cochecito, ofrecer un chupete, pero en ningún caso tomarlo en tus brazos.
3) También hay formas de moverse por el cochecito: cabestrillos, canguros, mochilas y utilizar al papá como medio de transporte del bebé. Al menos es un poco más fácil para la espalda de mi madre. Use un cabestrillo como red de seguridad o salga a caminar con él de inmediato. Cuando el bebé aprenda a caminar, puede llevarlo por el asa. También se guardan parques infantiles con columpios. Sentada sobre las rodillas de su madre, una joven rebelde puede balancearse bastante durante mucho tiempo.
Por regla general, el disgusto por el cochecito pasa con el tiempo, no para todos, sino para muchos. Pruebe diferentes opciones, tenga paciencia, pero lo más importante: recuerde que la caminata debe traer alegría tanto al bebé como a sus padres.