El bruxismo es una contracción recurrente de los músculos masticatorios, que se acompaña de rechinar de dientes. Estos síntomas ocurren en casi un tercio de los niños en edad preescolar. Por lo general, las manifestaciones del bruxismo son únicas y de corta duración, no requieren tratamiento y desaparecen por sí solas a los 6-7 años. Pero las convulsiones frecuentes y prolongadas pueden representar una amenaza para la salud dental y requieren el asesoramiento de un especialista.
Las razones del rechinar de dientes son inciertas. Presumiblemente, se trata de una combinación de problemas bucales y estrés psicológico. A veces, el bruxismo es causado por características hereditarias de la estructura del aparato maxilofacial, por ejemplo, maloclusión. Estos defectos se corrigen en una clínica dental. A menudo, los bebés pueden rechinar los dientes debido a la picazón en las encías cuando les salen los dientes. Este bruxismo puede ocurrir de día y de noche. Desaparece con el final del crecimiento de los dientes.
A algunos bebés les gusta el sonido de sus propios dientes rechinando, comienzan a hacerlo a propósito. En este caso, debes intentar distraerlos de esta diversión.
Existe un mito entre la gente sobre la conexión entre el bruxismo y la infección por gusanos. Pero la medicina no ha encontrado ninguna confirmación de esta afirmación. Por lo tanto, sin realizar una investigación, es imposible darle a un bebé químicos antihelmínticos para rechinar los dientes "por si acaso". Cualquier medicamento de este tipo es tóxico. Es mejor ofrecer a su hijo platos con ajo y semillas de calabaza.
El aumento del estrés en el sistema nervioso se considera la causa más común de bruxismo. Esta condición altera la profundidad del sueño, que se acompaña, además de rechinar los dientes, hablar en un sueño, sonambulismo, pesadillas y enuresis. En este caso, las actividades antiestrés tienen un buen efecto: paseos antes de acostarse, una noche tranquila, baños relajantes y decocciones, ventilar la habitación.
Como tratamiento adicional, el médico puede recetar calcio, magnesio, vitaminas B. Es necesario seguir la rutina diaria correcta, evitar el estrés físico y nervioso excesivo del niño. Debe comer de manera racional y sistemática, no abusar de los carbohidratos y la cafeína.
Es muy útil hablar con tu hijo para que estés al tanto de todos sus problemas y dudas. Una conversación tan cálida antes de acostarse ayudará al bebé a relajarse y dejar toda la tristeza con el paso del día.