¿Cómo definir la neurosis en un niño? Dependiendo del tipo de trastorno neurótico, habrá signos típicos de esta o aquella forma de la enfermedad. Por ejemplo, una de las manifestaciones importantes de la neurosis histérica en la infancia son las interrupciones en la respiración, quejas de un estado de asfixia. Sin embargo, también se pueden distinguir los síntomas generales de las neurosis infantiles. ¿Qué son?
La neurosis es una enfermedad que se manifiesta tanto a través de la psique del niño como a través de la fisiología. Por tanto, es razonable dividir los síntomas generales de las neurosis infantiles en dos categorías.
Signos fisiológicos de un estado neurótico en un niño
Los síntomas de las neurosis infantiles suelen empezar a manifestarse como si fueran espontáneos. Poco a poco, pueden progresar, empeorar, complicando la vida tanto del niño como de los padres.
Los primeros signos de un estado neurótico por parte de la fisiología pueden ser tics nerviosos. La mayoría de las veces, las contracciones musculares incontroladas afectan la cara: párpados, comisuras de los labios, barbilla. Sin embargo, los tics pueden ocurrir en todo el cuerpo.
Las violaciones del sistema nervioso autónomo pertenecen a la categoría de síntomas comunes de las neurosis infantiles. ¿Cómo pueden manifestarse? A través de dolores de cabeza y mareos sin motivo aparente, a través de temblores en las extremidades, cambios en la presión arterial, moscas ante los ojos y zumbidos en los oídos. No es raro que un niño tenga tendencia a sudar.
En el contexto de una neurosis en desarrollo, un niño puede experimentar fotofobia, sensibilidad excesiva a sonidos fuertes, cambios de temperatura.
Los síntomas de los trastornos neuróticos en la infancia suelen incluir problemas de digestión, que no son causados por una dieta inadecuada, intoxicación u otras enfermedades. La neurosis puede manifestarse a través de ruidos en el abdomen e hinchazón constante, aumento de la producción de gas. Las heces son capaces de romperse: las neurosis se caracterizan tanto por estreñimiento como por diarrea de vez en cuando. El dolor abdominal, los cólicos, las náuseas e incluso los vómitos también suelen formar parte de la sintomatología.
Además de todo lo anterior, los signos de neurosis en la infancia pueden ser:
- trastornos de memoria y concentración, atención;
- debilidad muscular, aumento de la fatiga, descomposición completa en el niño;
- excitación excesiva, movimientos estereotipados;
- tendencia a morderse las uñas o los labios;
- enfermedades de la piel, picazón nerviosa, erupciones cutáneas, urticaria;
- dolores que surgen en diferentes partes del cuerpo y desaparecen por sí solos;
- problemas de visión y audición;
- insomnio;
- deterioro del apetito, un cambio en las preferencias gustativas del niño, quejas de boca seca persistente o un sabor desagradable incluso después de que el niño se cepilla los dientes;
- aumento de la micción o, por el contrario, retención urinaria prolongada;
- varios cambios en las expresiones faciales;
- síntomas característicos de enfermedades del sistema respiratorio, vasos sanguíneos o corazón;
- sensación de frío o calor que se produce sin motivo, piel de gallina, entumecimiento en varias partes del cuerpo, manos y pies fríos.
Síntomas emocionales y psicológicos
Los trastornos neuróticos infantiles casi siempre van acompañados de una ansiedad inadecuada, miedos irracionales, fantasías y pensamientos aterradores. El niño puede comenzar a "quedarse atascado" en un estado emocional negativo, puede tener obsesiones. En casos raros, con neurosis en la infancia, ocurren alucinaciones de naturaleza aterradora.
Los niños con trastornos neuróticos se vuelven de mal humor y quejidos. Se irritan fácilmente, tienen poco control sobre su comportamiento, casi no tienen control sobre sus emociones. En algunos casos, aparece un aumento de la agresión, una tendencia a autolesionarse (autoagresión), arrebatos de ira, puede estar presente el negativismo.
Los síntomas comunes de las neurosis en los niños también incluyen:
- el deseo de estar constantemente solo, la negativa a reunirse con amigos, el aislamiento;
- sentimiento de ansiedad interior constante;
- motivos depresivos en el comportamiento y el estado de ánimo del niño;
- cambios de humor irrazonables y repentinos;
- resentimiento y reacción dolorosa a cualquier crítica, a comentarios;
- problemas de autoestima, tendencia a pensar mucho antes de tomar una decisión, incapacidad para elegir, dudas constantes, desconfianza;
- hipocondría;
- temor excesivo, reacciones nerviosas inadecuadas incluso a un estímulo mínimo;
- incapacidad para hacer frente incluso a un estrés leve;
- ataques de pánico.