La palabra "crisis" en sí se traduce del griego como "descanso", una especie de situación de transición difícil. Sin embargo, esto no significa que en el sentido social, una crisis sea siempre un fenómeno negativo. Durante una crisis, no solo se produce la destrucción del antiguo sistema social (político, económico), sino que también se abren nuevas soluciones y vías de desarrollo.
Principales características de la crisis
Cualquier situación de crisis tiene ciertas características. En primer lugar, esta es una reacción pronunciada de la sociedad. Algunos de los cambios provocados por la crisis son inesperados, por lo que la sociedad no está preparada para ellos. De ahí la reactividad. Si la crisis es lo suficientemente profunda y conlleva cambios significativos, su desarrollo, por regla general, se produce de forma intermitente. Esto se debe al hecho de que la crisis llega a diferentes funciones de la sociedad en diferentes momentos. Al mismo tiempo, la salida de la crisis no siempre significa su fin, ciertos fenómenos pueden repetirse periódicamente, revelando así los elementos que quedaron inacabados, debilitados en la etapa previa al desarrollo de la crisis.
El problema de la crisis radica en que, por regla general, las tareas que este fenómeno impone a la sociedad pueden ser mutuamente excluyentes. Si se retrasa la búsqueda de soluciones a estos problemas, la crisis puede empeorar. Cualquier crisis es, ante todo, destrucción. Además, cuanto más global es la crisis, más graves son las consecuencias de estas devastaciones. Incluso las estructuras e instituciones sociales que son vitales para el desarrollo de la sociedad pueden sufrir deformaciones e incluso una completa destrucción. Esto suele ocurrir debido a la falta de recursos básicos para garantizar el funcionamiento normal del sistema.
Sin embargo, la crisis no solo tiene un comienzo destructivo sino también constructivo. En consecuencia, la crisis está llamada a encontrar los factores que obstaculizan el desarrollo estable de la sociedad y definir las tareas de futuro. Además, digan lo que digan, ni una sola sociedad, ni una sola estructura se desarrolla sin crisis. Por tanto, este fenómeno es bastante natural.
Maneras de salir de la crisis
Durante una crisis se produce una especie de selección natural que permite corregir o reconstruir algunas estructuras sociales, preservando al mismo tiempo la esencia de la sociedad. Hay tres opciones para superar la crisis. El primero es la desintegración del sistema. Por desgracia, como resultado de la crisis, la sociedad puede perecer. Hay una pérdida de la capacidad de reproducirse. Francia estuvo al borde de tal "muerte" del sistema durante la Gran Revolución Francesa del siglo XVIII.
La segunda opción es la reforma. Esta es una forma más suave de resolver los problemas que plantea la crisis, ya que el genotipo de la sociedad se está reconstruyendo paulatinamente, sin cambios drásticos. La tercera opción es la revolución. Una salida revolucionaria de una crisis es un salto brusco de un estado a otro, que puede ser bastante catastrófico, por lo que la sociedad puede sufrir pérdidas significativas.
