Hablar de los peligros de fumar no solo es aburrido, sino también inútil. Durante muchas décadas, los médicos, padres y psicólogos han estado haciendo esto. Pero ahora no hablaremos de los peligros del tabaquismo, sino de los adolescentes que empezaron a fumar.
¿Por qué la gente empieza a fumar?
La respuesta es muy simple: el deseo de ser como los demás o la simple curiosidad. Son niños, por lo que están constantemente rodeados no solo de la comodidad de la casa, sino también de una sociedad en la que el niño no se siente apoyado. En esta sociedad, hay leyes y reglas completamente diferentes. En otras palabras, aquí puede haber una tentación de la que nadie puede salvarse.
Suponga que todo salió muy bien de su parte: no fumó, prohibió a sus amigos y familiares fumar frente a su hijo, y tuvo muchas conversaciones educativas sobre el tabaquismo. Pero, a pesar de todo esto, el niño todavía puede intentar fumar. Después de eso, hay dos opciones posibles: lo probé, me gustó y fumé, no me gustó.
Notado
Los cigarrillos son un atributo peligroso de la edad adulta. Si piensa correctamente, sopesando los pros y los contras, los adolescentes no deberían fumar en absoluto. Pero eso es lo que piensan los padres. En los adolescentes, por el contrario, el pensamiento es completamente diferente. E imagínese: encontró un paquete de cigarrillos con un niño. "¡Las esperanzas están perdidas, mi hijo es un mediocre!" - Crees. Por supuesto, esta opción es posible. Pero, ¿por qué no reunir fuerzas y tomar la solución en sus propias manos?
Historias de terror
Lo primero que les viene a la mente a muchos es el método de "cuña". ¿Qué tipo de tortura no se les ocurrió a los padres? Puede obligar a fumar todo el paquete de una vez, servir cigarrillos en lugar de comida o simplemente empapar el cigarrillo en leche y dárselo al niño. Como puede ver, los padres son bastante creativos cuando se trata de castigar. Pero es extremadamente difícil llamar civilizados a tales métodos.
Por supuesto, tales métodos dan sus resultados, pero es mejor no apresurarse, sino probar otros métodos más civilizados y humanos. Si no ayudan, utilice los métodos de "cuña", pero con la conciencia tranquila.
¿Qué hacer?
Primero, necesitas calmarte. ¡Recuerden que son padres! Con calma, de forma adulta, habla con él. Háblele de la nicotina, pregúntele por qué empezó a fumar. La conversación debe ser necesariamente larga, pero sin el uso de gritos y frases estereotipadas (el Ministerio de Salud advierte, fumar mata, es peligroso, etc.). Deje que el niño recuerde esta conversación. Sucede que tal conversación es suficiente para que el niño deje de fumar.
Pero no se relaje, porque esta situación puede repetirse. Cuida el futuro. Por ejemplo, piense: ¿qué se puede oponer a fumar? Probablemente deportes. Inscriba a su hijo en tenis, fútbol, escalada o natación. Un niño involucrado seriamente en deportes no podrá fumar.
¿Qué pasa si a su hijo no le gustan los deportes? Míralo, descubre lo que le interesa. Una vez que lo averigüe, ponga sus pasatiempos en un nivel más alto y más difícil.
La práctica muestra que los adolescentes que a menudo carecen de atención y cosas interesantes, sufren de tonterías. Puede proporcionar ambos, ¿verdad?