El mal humor en los hombres se expresa de diferentes formas. Pueden estar aburridos, tristes, enojados, deprimidos, retraídos, etc. Pero en cualquier caso, el mal humor de un hombre suele ser muy desagradable para su amada. Para animar a un ser querido, debe elegir la manera correcta, de lo contrario, la situación puede empeorar.
Instrucciones
Paso 1
Trate de descubrir y eliminar la causa del mal humor de su amante. Si se retrae en sí mismo, en respuesta a tus preguntas, se queda callado o murmura algo inarticulado, recurre a la intuición femenina y la lógica cotidiana. ¿Quizás tu hombre está cansado y hambriento? Luego déjelo acostarse en el sofá, traer comida deliciosa, darse un masaje, ver una película interesante, preparar un baño, etc.
Paso 2
Que tengas una velada romántica. Las velas, una mesa preparada especialmente, la música tranquila, la comida y bebida favoritas de su hombre, pueden distraerlo de pensamientos sombríos. Nota: este método, como otros, es individual y no a todos los jóvenes les gustará, así que confíe en sus gustos y preferencias, así como en sus rasgos de personalidad a la hora de elegir la opción más adecuada.
Paso 3
Dale a un hombre como regalo lo que siempre ha soñado. Pueden ser entradas para una película, cuyo estreno ha estado esperando tu amado durante mucho tiempo, algún juguete masculino como maquetas de aviones y tanques, un libro favorito, etc. Además, no es necesario presentar el obsequio en sí. Por ejemplo, si su ser querido ha soñado durante mucho tiempo con un modelo de helicóptero controlado por radio, solicítelo a través de Internet y muéstrele la página correspondiente en el sitio web. Quizás lo recuerde por unos días más y esté ansioso por recibir su regalo.
Paso 4
Cambia tu entorno. Vaya a un centro de recreación, un restaurante, una caminata, un picnic, etc. Salte en paracaídas, monte a caballo, pasee en bicicleta, alquile esquís o tablas de snowboard por poco tiempo. En resumen, intenta distraer a tu hombre de los malos pensamientos. Eso sí, es muy importante que le guste el resto, y no empeore su estado de ánimo. Por ejemplo, si su ser querido tiene miedo a las alturas, no es necesario que lo obligue a saltar con un paracaídas.