Por supuesto, todos los padres amorosos han hecho una pregunta similar. ¿Somos demasiado duros con nuestros propios hijos? ¿O tal vez, por el contrario, nos ablandamos por completo y el niño se nos salió de las manos? En cualquier caso, el comportamiento del bebé es el resultado directo de las acciones o la inacción de los padres. Intentemos averiguarlo: en qué casos vale la pena castigar a un niño y en qué casos es suficiente una simple conversación preventiva.
En primer lugar, por la ofensa de cada niño, antes de cualquier reacción, vale la pena determinar la presencia de culpa real y su profundidad. ¿Es culpa suya el acto del niño? Sea honesto y no haga responsable a su hijo por las acciones de otra persona. Sin embargo, si el resultado del pensamiento erróneo de su hijo es el de su hijo, debe discutir tranquilamente con él la presencia de desacuerdos entre su visión del problema y la suya. La mayoría de las veces, es suficiente tener una conversación honesta y seria con su hijo. En cualquier tipo de castigo, déjese guiar solo por el amor al bebé, demuestre que todas sus acciones están dirigidas a su bien. En el diálogo educativo, adhiérase a las siguientes reglas:
- no sea personal, discuta solo el fenómeno y su reacción emocional al mismo,
- interesarse por la opinión del niño sobre la situación y respetarlo, - dar tiempo al niño para que reflexione sobre lo sucedido, - Asegúrese de iniciar la conversación con una declaración de amor.
Sin embargo, si la mala acción de un niño es un crimen real contra las reglas básicas de la existencia de su familia, no debe ceder y es necesario reprimir tales eventos de raíz. Manténgase restringido y explíquele a su hijo exactamente en qué cree que estaba equivocado. Después de eso, diga en voz alta el castigo que le está asignando y, lo más importante, dígale a qué resultado está sucediendo todo esto. El niño debe estar consciente de principio a fin de todo el proceso educativo. Con su ayuda, le quedará claro por qué y por qué merece un castigo. Lo más importante es que el bebé entienda cómo comportarse y este tipo de situaciones no vuelvan a surgir.
Recuerde que el castigo es un truco poco común para los problemas de conducta infantil realmente graves. Si comienza a abusar de este método de crianza, muy pronto perderá su eficacia y usted, a su vez, perderá el control sobre el niño. Aplica tu sabiduría mundana con cuidado para que el niño, al reflexionar, esté de acuerdo con tu inocencia.