Para inyectar a un niño, no basta con tener un buen dominio de la técnica de inyección. Además del conocimiento de la tecnología, se requieren conocimientos de psicología infantil. Después de todo, los niños son la categoría de pacientes más vulnerables e indefensos, que requieren especial atención y participación. También se necesitan nervios fuertes para soportar las lágrimas de los niños que a menudo acompañan al procedimiento.
Instrucciones
Paso 1
La observación de una determinada secuencia de acciones al administrar una inyección a un niño será útil tanto para un lego como para un trabajador médico: para administrar inyecciones a los niños, organice una oficina u otro lugar donde se administre la inyección de una manera interesante y original. Use carteles brillantes, organice hermosos juguetes.
Paso 2
Primero hable con su hijo sobre temas abstractos. Involucre a su hijo en un diálogo con usted. Esto es necesario para debilitar la vigilancia de la pequeña persona y distraerlo de pensamientos desagradables sobre la próxima inyección. Y no importa la edad del niño, incluso los bebés reaccionan a las palabras amables y a una voz suave.
Paso 3
Déle a su hijo un artículo que le interese por un tiempo. Puede ser un juguete inusual, un libro o una jeringa médica sin aguja. Ponga una caricatura o un programa para niños, si es posible.
Paso 4
Entonces actúe de forma rápida y clara. Prepare la jeringa de medicación. Lubrique el lugar de la inyección con alcohol isopropílico o una solución antiséptica para la piel. Inyectar. Continúe distrayendo a su hijo hablándole mientras le administra el medicamento. Si administra una inyección a un niño muy pequeño, utilice sonidos fuertes y ásperos para distraer al niño. Para dar inyecciones a los niños, asegúrese de ingresar a su posición y recordar que se encuentra en una situación similar en la infancia.
Paso 5
Una vez finalizado el procedimiento, elogie al niño, independientemente de su reacción a la inyección. Dime qué buen tipo es, qué niño valiente y fuerte es, que no le temen en absoluto a las inyecciones y que resistió perfectamente esta inyección. Elogie incluso si el niño estaba llorando y asustado.
Paso 6
Finalmente, concéntrese en el hecho de que la inyección no fue dolorosa en absoluto y la próxima vez no hay necesidad de tenerle miedo. Si el bebé está llorando, hágalo después de que se calme. Haga que su hijo responda afirmativamente que en realidad no siente dolor.