Las relaciones armoniosas entre las personas son posibles cuando las partes se sienten iguales. Esto se aplica tanto a adultos como a niños. En todas las edades, su hijo debe dejar en claro que está del mismo lado que usted.
Instrucciones
Paso 1
En cualquier situación de conflicto, observe el principio de respeto mutuo. Incluso si tiene toda la razón, no abrume al niño con sus declaraciones o acciones. No use las frases "Yo sé más", "Cuando seas grande, entonces tomarás decisiones", etc. Aprende a escuchar todos los argumentos de tu hijo y explica por qué la solución elegida para este problema es más conveniente o beneficiosa. Aprenda a retroceder en el tiempo si los argumentos del niño son más convincentes.
Paso 2
Respete y respete la privacidad de los niños. Sus pertenencias personales (libros, manualidades, discos de películas, etc.) son su mundo. La habitación es su territorio, y lo único que tiene derecho a exigirle al niño es que mantenga el orden adecuado en ella. Asegúrese de presentar un caso convincente para mantener las cosas en su lugar. En primer lugar, debe ser conveniente para el niño y solo entonces para usted.
Paso 3
Recuerde que los adultos y los niños reaccionan de manera diferente ante las mismas circunstancias. Y es posible que algunas palabras no se perciban como usted. Por lo tanto, sea moderado en sus declaraciones, a veces una palabra grosera pronunciada sin darse cuenta daña gravemente la psique del frágil niño.
Paso 4
Respete la elección del niño: este o aquel círculo o sección, esta o aquella literatura. A veces, los niños son completamente diferentes de sus padres y no se les exige que compartan sus pasatiempos. Y no intente, en contra de su voluntad, “convertir” al niño en una persona en la profesión que usted mismo soñó, pero que no realizó sus sueños. Como regla general, las profesiones o pasatiempos impuestos solo conducen al hecho de que una persona está desperdiciando su tiempo y energía.
Paso 5
Habla con él sobre tu amor con más frecuencia y pasa el mayor tiempo posible juntos. Piense en tradiciones familiares, por ejemplo: reúnase un fin de semana con toda la familia y discuta los resultados de la semana pasada y los planes para los próximos días. Y otorgue el derecho de voto incluso a los participantes más pequeños en tal "reunión". Un niño debe sentirse como un miembro de pleno derecho de la familia y asumir la responsabilidad de ello, lo cual es factible para su edad.