En el pasado, a los niños se les enseñó modestia y modestia. Los adultos trataron de inculcarles delicadeza, tacto, les enseñaron que primero hay que pensar en otras personas y luego en uno mismo. Pero en conexión con los cambios políticos y sociales en el país, han aparecido nuevos conceptos: el mercado, el crecimiento profesional, la iniciativa. Los maestros aconsejan que se inculque a los niños una alta autoestima, autoestima, para que puedan liderar entre sus compañeros. Hoy, estas cualidades son elementos esenciales del éxito que se deben inculcar desde la infancia.
Instrucciones
Paso 1
Trate de fomentar el deseo del niño de aprender todo lo interesante, nuevo y no solo aprender lo que se le da.
Paso 2
Si a su hijo le preocupa que algo no salga bien, explíquele que es imposible lograr algo sin riesgo. Pero transmita a su conciencia que el riesgo debe estar dentro de límites razonables. Por ejemplo, es una tontería cruzar la calle corriendo delante de un coche cercano.
Paso 3
No olvides que la confianza en uno mismo se cría en un niño desde los primeros pasos, así que inculca, anímalo. Explique que no importa cuán altas sean sus habilidades, primero debe creer en el éxito y que él es capaz de lograrlo. La gente está más dispuesta a perseguir a una persona segura que a alguien que duda. La determinación será útil en su vida más de una vez.
Paso 4
No proteja a su hijo innecesariamente de los errores, porque como resultado, adquiere experiencia práctica, aprende a tomar decisiones por sí mismo, así como a ser responsable de sus consecuencias. Por lo tanto, no sople las partículas de polvo y no intente protegerlo de un paso erróneo.
Paso 5
No se apresure inmediatamente a ayudar a su hijo, si encuentra dificultades en su camino, no haga nada por él. Descubra sus sugerencias sobre cómo salir de este problema. Después de todo, la capacidad de proponer la propia versión y las posibilidades de su solución son las señas de identidad de un líder. Si sugiere incorrectamente, trate de darle el camino correcto. Pero no tienes que hacer nada por él, solo dímelo.
Paso 6
Deje que su hijo sueñe, no importa lo lejos que estén sus sueños de la vida. Pero es muy importante que piense en su implementación, y no solo en soñar.
Paso 7
Promover habilidades prácticas de liderazgo. Inscriba al niño en alguna sección, un círculo, donde pueda adquirir experiencia en el campo de la comunicación y la capacidad de entablar relaciones con niños y adultos.
Paso 8
Si el niño no comprende lo que quiere, ayúdelo con la definición de sus intereses. Al actuar en un campo con el que está familiarizado, gana la confianza que se encuentra en el corazón del liderazgo.
Paso 9
Enséñele a su hijo cómo mantener buenas relaciones con todos los niños, no solo con sus amigos. Comparta con él uno de los secretos de un líder: saludar a las personas todos los días y sonreírles.
Paso 10
Anime a su hijo a hablar libremente frente a una gran audiencia. Esta habilidad es una de las principales cualidades de un líder. Dígale cómo actuar correctamente. Déjelo practicar en casa: lea en voz alta poemas aprendidos, prosa. Preste atención a dónde necesita hablar más alto o más suave, dónde pronunciar de manera más expresiva, qué enfatizar. Aprenda a analizar el texto, aísle los pasajes principales.
Paso 11
Cultive la capacidad de aceptar críticas sin sentir tormento, angustia y vergüenza. Pero la crítica también debe tener como objetivo corregir las deficiencias. Es inaceptable humillar a un niño. Es necesario criticar en privado y no delante de todos. Haga comentarios sobre los méritos, no menosprecie las habilidades del niño. Por ejemplo, si su hija inició un pogrom en la cocina, no se apresure a decir palabrotas, pregúntele qué iba a hacer. Quizás ella quería preparar algo para tu llegada, pero no funcionó.
Paso 12
Enséñele a su hijo a evaluar sus logros y acciones de manera realista. No elogie el talento imaginario si realmente no tiene uno. Estos niños desarrollan una autoestima inadecuada, la autoestima crece. Acostumbrados a los elogios de los adultos, lo esperan de sus compañeros y, a cambio, reciben el ridículo, porque no alabarán, si no por nada. Apoye el deseo del niño de ser independiente explicándole con tacto que cualquier habilidad requiere experiencia, sugiriendo la mejor manera y ofreciéndole su ayuda.