¿Qué debería hacer una mujer, ser esposa, madre, amante, amante … Pero debería hacer algo en absoluto?
- Soy una mujer.
- ¿Y qué hay de esto? Hay que lavar, lavar, limpiar, planchar, cocinar … Espérame del trabajo, al final. ¡Ésta es su responsabilidad directa! ¡Deber de las mujeres!
- No, no me entiendes. Soy una mujer.
- Te entiendo perfectamente. Quieres decir que por ser mujer debes ser guapa, dulce, encantadora y atractiva. Y eso requiere tiempo y dinero para salones, pedicuras, manicuras y todo tipo de trámites … Y el trabajo diario que nosotros, los hombres, supuestamente no es visible, convierte a una mujer en un coche, en un robot. Quieres una vida fácil y hermosa sin obligaciones, ¡egoísta! No discuto, quiero ver a mi esposa siempre hermosa. ¡Pero tanto la casa como los niños deberían estar en orden! ¡Debes ser capaz de hacer todo y estar al día con todo! Y soportarlo todo. ¡Eres una mujer! No me importa cómo lo hagas. Tienes que levantarte antes que los demás, preparar el desayuno para la familia, arreglarte el pelo y maquillarte. Y en el trabajo debe tener éxito. ¡Y después del trabajo ni siquiera debes demostrar que estás cansado! Porque necesitas cocinar la cena, hacer los deberes con los niños, hacer algo en la casa, bueno, y dame tiempo. Una mujer no es solo una mujer, es madre, esposa, amante, amiga, amante. Este es tu destino, porque desde la antigüedad eres el guardián del hogar. ¡Aquí y ahorra! Y tengo que ganar dinero para que exista nuestra familia. Este es mi destino.
- ¡Yo soy una mujer!
- ¿Y qué? No, este argumento es inútil. Parece que no nos entendemos …
- Yo soy una mujer. ¡Debo amar! Solo esto tengo que hacerlo, y nada más. Si me amo a mí mismo, a ti, a mi trabajo, a nuestra casa, moveré montañas para lograr la prosperidad, el éxito y la armonía en todo. Pero si no … ¡Solo el amor inspira a una mujer para las hazañas diarias, solo el amor! Es tan importante no perderlo, no perderlo, no desperdiciarlo en vano. ¡Ayúdame con esto! ¡Y comprenderás lo que es una mujer!